Vueltas

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Eran las 23:40 y todos se habían ido, solo quedaban algunas pocas personas del personal y cada una estaba cerrando su negoció u ordenando, estaba por terminar de empaquetar unas prendas cuando de pronto escuchó la voz tan característica de Peep.

-¿Diana?-
-¿Peep?-
-¿Para que querías que viniera?-
-Ya verás, por lo pronto pásame esos ganchos de ropa- él se me quedo mirando.
-¿Me hiciste venir para ayudarte a trabajar?-
-Noo, te estoy diciendo que esperes un poco- Peep me pasó los ganchos para luego mirarme en silencio.
-¿Porqué de pronto está pasando tanta gente?- Pregunto luego de varios minutos de silencio mientras miraba el ventanal.
-Están saliendo del cine-
-¿Vamos a ir al cine?-
-Supongo que esa fue la última función, ya está cerrando todo- dije para que de nuevo hubiera solo silencio en la habitación.

Unos minutos después termine de hacer todo, tomé las llaves y apague las luces.
-Vámonos- avisé a Peep, quién se encontraba recostado en un pequeño sillón, se levantó y salió a mí lado, sabía que estaba enojado, seguramente si se había lastimado su espalda durmiendo en el sillón.

Al salir la música de las bocinas rebotando en el eco del lugar me hizo sonreír, cerré la puerta con llave mientras pensaba que todo estaba saliendo a la perfección.

-Corre- dije antes de salir corriendo con él siguiéndome, seguramente no entendía nada, pero si soy honesta, yo tampoco entendía que estaba haciendo.

Me cansé de correr así que me detuve y Peep se detuvo a mí lado, empece a dar vueltas y vueltas, mientras que me reía, escuché que él también empezó a reír, me detuve de nuevo y lo mire mientras todo a mí alrededor giraba, tomé sus manos y giramos juntos mientras que lo único que se veía eran nuestros rostros riendo. La panza me dolía de tanto reír, mí cerebro me pedía parar de dar vueltas y mis piernas ya habían empezado a temblar (no me imagino el dolor con el que tendré que lidiar mañana).

Las vueltas no parecían tener fin, por lo que acerqué nuestros cuerpos y frenar con un abrazo, y funcionó, mantuvimos el abrazo hasta que nuestras risas eran casi inexistentes, un abrazo que se movía bastante por estar tan mareados, separamos un poco el torso pero sin soltarnos del todo y volvimos a reír, pero cuando las carcajadas se fueron tuve finalmente le oportunidad de apreciar sus facciones faciales, los trazos de sus tatuajes y sus ojos los cuales hacían lo mismo con mí rostro y luego se encontraron con los míos, a los que sonreí un poco, mí sonrisa provocó que sus ojos vieran mis labios sonrientes y yo los suyos, finalmente terminamos ese momento que estaba a punto de volverse incómodo con un beso, ese beso me demostró lo mucho que él me gustaba y cuánto había esperado por juntar nuestros labios.

Nos separamos luego de unos segundos y juntamos nuestras frentes
-Me vas a volver loco- dijo Peep y su comentario hizo que rieramos nuevamente, éramos todos unos risueños enamorados, luego de reír nos separamos y de la mano salimos de esa enorme plaza en la que nuestros labios se encontraron por primera vez.

Broken SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora