Broken Smile

Dormida

Pasaron algunas semanas y como era costumbre había perdido comunicación con Peep, solo hablábamos muy de vez en cuando por mensaje. Y ese día a la madrugada recibí un mensaje de él. "¿Nos vemos?" Leí por la notificación, y contesté "¿Ya?" No paso ni un minuto cuando respondió con un "Ya" pero yo tenía mucho sueño así que lo tuve que rechazar "Me muero de sueño" y como es obvio de Peep, sigio insistiendo "Entonces ven a dormir conmigo" y como es obvio de mí, me terminó convenciendo "Ok".

Realmente una parte de mí lo agradecía, pues parecía que James y Wendy no iban a parar en toda la noche. Salí por mí ventana y ni si quiera me cambié o arregle, solamente estába yo en pijama, si se puede llamar así, ya que al final de cuentas solo era una sudadera y una pantalonera que encontré hace unos días al fondo de mí armario. Me senté en la banqueta en el silencio de la noche y el ruido urbano, tratando de mantener los ojos abiertos y arrepinteondome de no haber dicho no.

Sentada en la banqueta y con la mirada clavada en el piso, pensando en nada, se escuchó un motor de auto acercándose, supuse que sería Peep, levanté la mirada y así fue. Estaba sentando en la parte de atrás del auto que seguramente era un uber, me levanté y entre a este.

-¿Cómo estás?- preguntó mirando como me acomodaba en el sillón con los ojos cerrados.
-Dormida- Peep ya no dijo nada, no ví lo que hizo y tampoco intenté ver.
Me quedé dormida y al poco tiempo sentí que tocaban mí hombro y la voz de Peep me llamaba por mí nombre, a lo que solo abrí un poco mis ojos y salí del carro con su ayuda, subimos cada uno de los escalones en silencio, ninguno de los dos hablaba, pues no había necesidad de hacerlo.

Espere a que abriera la puerta y luego entramos, no había nadie en la casa, tal y como fue la última vez que la ví, más sin embargo si había desorden, y a mí parecer no lo había hecho Peep solo, indicando que si había ido gente, pero sí ya no estaban ahí, es porque Peep les pidió que se fueran y ese era el punto realmente importante.

-Puedes dormir en la cama, si no te molesta que solo sea un colchón en el piso- dijo mientras yo miraba la casa.
-Esta bien- comenzamos a caminar hacia su cama, pero cuando llegamos me surgió una duda. -¿Y tú dónde vas a dormir?-
-En el sillón-
-Mejor yo duermo en el sillón no tengo ningún problema con eso-
-Tú no pero yo sí, duerme en mi cama- dijo mientras acomodaba las cobijas.
-Bueno- respondí ya que estaba agotada como para ponerme a discutir por eso.
-Buenas noches Diana- dijo para luego salir de la habitación y dirigirse a la sala. He de admitir que me sentí un poco mal pues seguramente tenía la esperanza de que nos divertiremos, pero no podía controlar mi sueño. Simplemente me recosté hasta quedarme dormida.