Broken Smile

Chachachá

Acostada en mí cama un domingo, con los audífonos puestos a todo volumen y con mí playlist en aleatorio empieza a sonar una canción llamada chachachá que hace tiempo no escuchaba y por primera vez esa canción encaja a la perfección en mí vida "no hay motivos para decirnos adiós tan pronto..."

Entonces me siento en mí cama de un brinco y me huelo a mí misma mientras intento recordar cuando fue la última vez que me bañé, me quejo al darme cuenta que fue hace tres días, por lo que me meto a bañar sin siquiera preparar una toalla para cuando salga o esperar a que el agua se ajuste a mí gusto, estoy segura de que dure menos de 5 minutos bañándome, salgo del baño aún con prisa y rápidamente me dirijo a mí clóset dónde por primera vez, después de mucho tiempo me pongo algo que no es ropa para estar todo el día en la cama o mí uniforme del trabajo.

Salgo de la casa y me monto en mí bicicleta la cual llevo meses sin usar, empiezo a pedalear lo más rápido que puedo hasta llegar al edificio donde vive el chico que me a estado consumiendo la vida durante la mitad de todo el año.

Cuando llegue deje la bicicleta tirada en la entrada del edificio, y aprovecho que alguien acaba de salir para no tocar el timbre, subo las escaleras lo más rápido que puedo y tocó la puerta de su apartamento muy desesperada por ver su cara.

Cuando finalmente la puerta se abre me doy cuenta que nunca en mí vida había sido tan impulsiva, no sabía que decir, ni siquiera me atrevía a mirarlo a los ojos, pero ya era muy tarde para arrepentirme, finalmente me atrevi a mirarlo, el se veía igual de bien que siempre y probablemente el piensa lo mismo sobre mí ya que me bañé para hacerle creer que estoy bien, pero no estoy bien.

-Hola- dice acortando el silencio incómodo, a lo que yo sonrió en respuesta, el se hace a un lado y abre más la puerta indicando que sigo siendo bienvenida en su casa, yo entro a paso lento.
-Sé que a la última persona que esperabas que tocará la puerta fuera yo- dije mientras él cerraba la puerta, al cerrarla por completo voltea su cuerpo para verme y asiente con su cabeza para que continúe. -Estoy aquí porque merezco una explicación- dije mientras me sentaba en un pequeño sofá, él se sentó en un sofá más grande frente a mí.
-Primero que nada, espero que sepas cuánto siento haberte hecho llorar- abrió su boca para continuar pero hablé antes que él.
-Seguro yo también te hice llorar, así que yo también lo siento- Peep río incómodo.
-Si lloré, bueno, la mañana en la que te deje no sucedió nada grave, en realidad no hubo ninguna situación. Y e de confesar que me sentí como todo un cobarde- noté que solo daba vueltas al asunto para hacer todo más largo.
-Peep, solo dime porque te fuiste- me miró y puede notar como seleccionaba las palabras correctas.

-Desde el momento en que te vi me pareciste muy linda e interesante y por ese motivo fue que le dije a mí amigo que te molestará lo suficiente para que yo tuviera que ir a disculparme por su comportamiento, aunque claramente se nos fue de las manos y terminaste sin trabajo, durante los siguientes días me sentí muy mal y el destino nos volvió a juntar aquel día de las malteadas y pude brindarte mí ayuda a conseguir trabajo aunque también se me salio de las manos pero lo supimos arreglar ambos, cuando supe que conseguiste trabajo creí que no volveríamos a hablar, pero por fortuna el destino volvió a hacer de las suyas y nos encontramos en un bar, fuimos a ver las estrellas y esa noche te convertiste en el motivo de muchas de mis canciones, nuevamente dejamos de hablar y te extrañaba mucho y la única excusa que se me ocurrió fue ir al supermercado juntos, fue una tontería pero lo disfruté muchísimo, hasta que llegamos a mí casa y fue ahí donde me confirmaste que eres perfecta, pero nuevamente perdimos contacto y una noche me dio por llamarte, aunque cuando íbamos en el carro me sentí tan egoísta por no dejarte dormir en tu cama cómodamente así que te deje dormir en la mía, más tarde al leer tu nota no me enoje, en realidad me reí de que creías que estaría enojado, así que al ir a verte en la noche me hice el enojado pero mí actuación dejo de funcionar en el momento que empezaste a correr, finalmente bese a la chica de la que estaba secretamente enamorado, pero me di cuenta que eras demasiado para mí y me aterró la idea de que podía hacerte sufrir y mí única solución fue sacarte de mí vida, se que no es lo más inteligente ni lo más lógico pero no tenía idea de que hacer, por eso te abandoné, luego me di cuenta que te tenía que dar una explicación, pero no sabía cómo hacerlo, pensé hacerlo por mensaje pero me dejaste en claro que por ahí no era el lugar correcto, así que intente en tu trabajo y tampoco era el lugar correcto, y mientras pensaba dónde más podía intentar apareciste en mí puerta. Eso es todo, ¿Te ofrezco algo de tomar?-

Fue demasiada información en tan poco tiempo, me quedé sin palabras, tenía una ensalada de emociones en mí interior.
-No, gracias- respondí después de unos segundos, el se levantó y fue a la cocina. ¿Ahora qué se supone que debo hacer?, Peep regreso de la cocina, se sentó y le dio un trago a su cerveza.
-Espero que ahora entiendas, que te estoy dejando ir de mí vida porque no quiero lastimarte, no sabes de lo que soy capaz de hacer- dijo mirándome mientras recargaba sus codos en sus rodillas.
-No entiendes que me haces más daño alejandote de mí- dije con mis ojos llorosos y tocando mí pecho.
-Diana, el nombre de una princesa, un corazón frágil, una alma tan pura y una sonrisa rota. ¿Cómo planeas que me sienta sabiendo que lastime a alguien tan perfecta?-
-Peep, no soy así y en todo caso me aseguraré de que si alguien sale herido en esta relación seré yo-
-Lo siento Diana, pero tienes que ser fuerte, me voy y no regresaré, lo nuestro no va a suceder- dijo levantándose
-Peep- dije levantándome poniéndome justo frente a él con lágrimas saliendo de mis ojos. -te amo-
-Diana, yo también te amo- dijo para después abrazarnos y ser dos cascadas de lágrimas, el detuvo el abrazo que duro un minuto. -Pero por lo mismo me debo alejar de ti-