Cubo rubik

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A la mañana siguiente me desperté y apurada tomé mí celular para ver la hora, apenas eran las 7:30 AM. Me senté en la cama y le avisé a Wendy que estaba en casa de Peep, pues conociendo a James, si le hubiese dicho a él empezaría a hacer mil preguntas.

Finalmente me levanté de la cama y me pare justo en el medio de la recámara, aquella recámara que la última vez que la ví estaba llena de gente desconocida para mí y estoy segura que para Peep también, salí de está y mire el sillón, dónde se encontraba un Peep en un sueño muy profundo, regrese a la habitación en silencio y busque una libreta y una pluma para decirle cuánto sentía no poder quedarme. Encontré una tirada bajo la ventana y por lo que veía lo único que tenia eran letras de futuras canciones o algunas que nunca saldrán a la luz.

"Hey Peep, realmente siento el que no pasamos un rato divertido como acostumbramos, y el hecho de que probablemente ahora tendrás la espalda lastimada solo por dormir en el sillón. Pero Peep, no te preocupes, te lo recompensáre y hoy mismo, si es que tu agenda te lo permite. Te veo en la plaza dónde trabajo a las 12 de la noche, pero llega antes o no te dejarán entrar. Si no puedes no te preocupes solo dime por wpp." fue lo que escribí en la primera hoja en blanco que ví, dejé la libreta sobre la cama, me puse mis tenis y salí en silencio directo al trabajo.

Las horas pasaron tan lentas y cada 30 minutos revisaba mí celular para ver si tenía alguna noticia sobre Peep, y no fue hasta las 4:00 de la tarde que finalmente recibí respuesta eran simplemente tres palabras "te veo ahí" tres palabras que sin duda arreglaron mí día y aceleraron el tiempo.

-Hoy salgo tarde, pero justo estoy conociendo un chico y me invitó salir hoy en la noche, y se que lo hiciste la semana pasada, pero ¿Podrías hacer mí turno?- Pregunto Kennedy mientras que yo acomodaba algo de ropa y ella jugaba con un cubo rubik, honestamente me preguntó cómo es que aún trabaja aquí.
-Kennedy, hoy yo también me quedo hasta tarde, pero está bien, no le pidas a nadie que te remplace, yo lo hago-
-¿Todo tú sola?-
-Bueno, si tanto te preocupa, puedes ir ayudando ya mismo, te veo muy comoda- respondí algo enojada, pues siempre me lo pide pero nunca hace nada ni cuando se va temprano. Ella se fue sin decir nada, probablemente a hacer lo que le pedí, algo dentro de mí lo disfrutaba, pues justo todo iba perfecto para lo que tenía planeado.

Broken SmileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora