"Roses to hyung" ❁•[SunHak] ✓

Outro: Roses to Sunie.

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Jacon miraba con una pequeña sonrisa al chico bonito al otro lado de la vitrina, al frente de la tienda mientras miraba las pequeñas muestras de flores que allí yacían. 

Lo supo reconocer.

Cuando por fin el chico se decidió en ingresar, Jacob colocó su más grande sonrisa, recibiendo al nuevo cliente.

Que sin embargo, él conocía por terceros.

ㅡBuen día. -Saludó amable, sin borrar su linda sonrisa. 

El recién llegado, con sus mejillas un poco rosáceas le sonrió, dando una pequeña inclinación.

ㅡ¿Te puedo ayudar en algo? 

Haknyeon asintió, mirando a su alrededor.

ㅡS-sí… -Se queda un momento frotando sus manitas, sin notar que el rubio lo miraba solo un poquito divertido. ㅡQuisiera saber si puedes armar un ramo muy grande de rosas… blancas. 

Jacob ladeó su cabeza sólo un poco, asintiendo de inmediato, quizás encantado mirando las mejillas del más bajito colorarse aún más rosaditas.

Era realmente encantador, justo como Sunwoo lo describía.

ㅡClaro que sí. ¿Tienes una idea de cuántas rosas deseas? 

Haknyeon abre un poco sus labios sin saber exactamente qué responder.

¿Cien eran suficientes?

Bueno, quizás exageraba, debía tener piedad con su bolsillo.

ㅡS-sinceramente no sé una cantidad exacta... lo dejo a su elección. -Susurra con pena, queriendo realmente confiar.

El dueño del local asintió, pidiendo unos minutos.

Haknyeon no sabía exactamente qué hacía, pero era algo que su corazoncito y su lado cursi le pedían hacer. Ciertamente estaba muriendo de nervios. Su bebé era quien le obsequiaba con mucho amor unas bonitas rosas rojas prácticamente siempre, y él, por más que lo deseara, nunca le había devuelto el detalle.

Y no era como que sentía la obligación de hacerlo.

Pero realmente deseaba ver los ojitos marrones de su bebé brillar en adoración, porque él creía ciegamente que su novio era el ser más lindo de la tierra, y regalarle un ramo de rosas blancas solo dejaría ver una pequeña parte de lo mucho que lo ama, y de lo que puede significar para él.

Pero ni mil rosas serían suficientes. 

Ah… su Sunie. Su bebé que ciertamente no era un bebé, pero que se comportaba como uno cuando le apetecía, a quién amaba desde muchísimo tiempo atrás, quien lo hacía sentir como el chico más bonito y afortunado, y por quien daría hasta lo imposible por verlo feliz.

Por ver sus mejillas bonitas y coloradas, mientras su hermosa sonrisa lo recibía.

Él realmente amaba a Kim Sunwoo.

Y solo quizás, con su corazón bombeando a mil por hora, decidió acercarse a esa floristería que usaba ver por la esquina, y solo quizás, pensó muchísimo si las rosas blancas serían una buena opción.

Pero no encontraba el por qué no lo sería.

Por la misma razón, se encontraba en aquél lugar. 

Cuando minutos después visualizó al chico de antes cargar un ramo enorme de rosas blancas y frescas, su sonrisa iba de oreja a oreja, mientras mordía apenas su labio inferior en emoción.