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Eran marcadas las nueve de la mañana, cuando la campanilla de la cafetería suena por enésima vez en lo que iba del tibio día.
El lindo mesero coge una bandeja depositando en esta unos panecillos y el par de licuados que segundos atrás había preparado, acomodándolos y dejándolos seguros, para poder dejarlos con sus respectivos clientes.
Llegando a la mesa, deja su pedido y regala una hermosa sonrisa, esa que hace acelerar el corazón de todo aquel quién es capaz de mirarla.
A zancadas largas pero calmadas, Haknyeon regresa a su puesto, detrás del mostrador, junto a la caja registradora. Checando unas últimas órdenes, escucha -una vez más-, como la campanilla de entrada suena una vez, anunciando un nuevo cliente.
Levantando su mirada de los pequeños papeles, sus ojos se achican a su paso mientras esa linda y peculiar sonrisa va apareciendo en su lindo rostro nuevamente.
Con suma atención ve a la persona quién ha llegado justo frente suyo. Ladea su cabeza y haciéndose el desentendido, formula suavemente:
"Buenos días, señorito. ¿Qué desea en esta cálida mañana?" Inquiere, ensanchando más su sonrisa al poder admirar como las mejillas del contrario se coloran de un lindo y suave carmín.
"B-buenos días, hyung..." Susurra suavemente el más joven con su mirada baja y sintiendo sus mejillas arder.
Haknyeon suelta una suave risa.
"Hola, Sunie, ¿Cómo estás?" Inquiere suavemente, gustoso de poder admirar esas mejillas bonitas y su color en ellas.
Ah.
"Yo bien, gracias... ¿Cómo está hyung?" Kim Sunwoo responde tímidamente. Una de sus manos permaneciendo detrás de su espalda, dándole espacio a la otra a colarse dentro de los bolsillos de su chaqueta.
"Mejor ahora que viniste." Haknyeon suelta, sin ningún ápice de vergüenza en su voz.
El moreno conecta su mirada Haknyeon, regalándole una linda y tímida sonrisa, con sus mejillas aumentando a un potente color carmín.
Estando unos segundos en un cómodo silencio, quizás por la timidez en ambos, el par escucha la conocida campanilla sonar suavemente.
El mayor quita -a duras penas- su mirada del invitado, para posar su atención sobre las nuevas personas quienes debe atender, regresa su atención sobre Sunwoo, quien seguía con sus -apenas-, regordetas mejillas coloradas.
"Sunie..." Llama nuevamente, dándole su completa atención al moreno. "¿Gustas esperarme un momento? Debo atender la mesa unos segundos, toma asiento y hyung te invitará." Le propone, viendo como este baja su mirada, jugando nervioso con la punta de su chaqueta.
"En realidad... solo venía a ver a hyung, me debo ir a la facultad." Susurra dulcemente, paseando su peso de un pie al otro.
Haknyeon vuelve a sonreír tan lindo como sabe hacerlo, haciendo que el contrario copie su acción.
"Vale, en ese caso te veo luego." Suelta sonriendo, a pesar de que le gustaría que el menor permaneciera ahí por más tiempo. "Gracias por venir, bonito."
Agarrando un lapicero y su libreta, sale detrás del mostrador y se encamina en dirección hacia la mesa que ocuparon los clientes, deteniéndose unos segundos, justo delante del menor.
"E-esto... esto es para hyung..." Murmura el moreno una vez que su hyung se encuentra a pocos pasos delante suyo.
Tímidamente saca su brazo, -el cuál reposaba detrás de su espalda-, levantándolo a la altura de su pecho, revelando en este una linda y fresca rosa.
Sintiendo sus mejillas arder, despacio se la extiende a Hakn. Este mira cada uno de sus movimientos, suavizando su mirada al verle, estando esta cargada de ternura y amor.
El mesero acepta gustoso el pequeño pero hermoso presente, acariciando suavemente los pétalos de la flor.
"Es muy linda... muchas gracias, bebé." Susurra levantando su mirada de la rosa permaneciendo en sus manos, regalándole -nuevamente-, una linda sonrisa.
El pelinegro se encoge en su lugar al escuchar el mote con el cuál ha sido llamado. Todo su estómago lleno de las conocidas maripositas, sintiéndose como un gran zoológico dentro suyo.
Ellos desde siempre se habían tratado de esa manera, en especial, Haknyeon. Ambos sabían que había algo más ahí, pero ninguno de los dos había dado alguna etiqueta con el nombre de su relación.
Y estaba bien, porque lo que sí tenían claro, es que ambos se querían y de una manera para nada amistosa.
Sunwoo conecta su mirada con el mayor, regalándole la última sonrisa del día.
"Con gusto, hyung... debo irme." Seguido hace una corta y torpe reverencia ante lo nervioso que se siente, girándose queriendo salir rápidamente de ahí, sintiéndose asfixiado por la vergüenza.
Dando a penas dos pasos, escucha como su mayor susurra nuevamente, llamándole.
"Sunie, ve con cuidado." Pide, acercándose rápidamente al moreno.
Estando lo suficientemente cerca, Ju deposita un dulce beso en la frente contraria, teniendo que colocarse solo un poco de puntillas ante la pequeña diferencia de altura, provocando que sus propias mejillas se pintasen con un lindo y suave rosa.
"Te veo pronto." Susurra aún cerca del menor. Así dando media vuelta y caminando en dirección a retomar su trabajo.
Sunwoo sigue quieto en su lugar, totalmente en otro mundo. Siente aún los labios de su hyung en su rostro, provocando que por este se estirara una linda y gran sonrisa.
Dando una última mirada hacia Haknyeon, rápidamente sale del local, pudiendo finalmente respirar de forma adecuada, lo cual la cercanía con el mayor no le permitía.
Suspira una vez más, con una gran sonrisa en su rostro, susurrando hacia la nada:
"Hyung es tan hermoso..."
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"Roses to hyung" ❁•[SunHak] ✓
Fanfic"Las rosas... ellas son tan bonitas como hyung." En dónde Sunwoo le obsequia rosas a su mayor, porque la belleza de estas le recuerda a él. ❁•Sunwoo + Haknyeon. [TheBoyz] ❁•Mini-fic. ❁•Propio sin adaptaciones y/o copias. ✾•Extensión: 7 capítulos. ...