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Los padres de Jeongin cada vez eran más exigentes con él por la música. A él le encantaba pero no le gustaba para nada estar hasta tarde por las noches practicando y escuchando a su padre gritándole para que lo repitiera otra vez o que lo hiciera mejor.

Innie estaba cansado y se dormía en clase, por lo que afectaba a sus notas finales. ¡Sólo era un niño de 6 años!
No podían exigirle tanto, le iban a volver loco.

--

- Papá, mamá. No quiero seguir con la música. - decidió contarles a sus papás.

Los señores Yang se quedaron paralizados, aún que no les sorprendía, estaba aguantando mucha presión por su parte.

- Estás seguro, hijo? - añadió su padre después de un largo silencio.

- S...si... No lo sé. - estaba dudoso, aún que le encantaba tocar el piano, no podía soportar más eso.

El ambiente estaba tan tenso que se podía cortar con un cuchillo.

- Piénsalo bien. - después de las palabras de su mamá, el pequeño subió a su habitación.

Se sentó en su cama y puso sus manitas en forma de puño en su regazo.
Finalmente decidió continuar. Cuando tocaba se sentía feliz, relajado, haciendo lo que realmente le apasionaba.

Al escuchar que quería seguir, sus padres se aliviaron, estarían arruinado sin él. Pero el pequeño puso una condición: no le exigirían ni le pondrían presión.
Sus padres asintieron.

A partir de ese momento Jeongin podía dormir todas las horas que necesitaba, y podía tocar tranquilo. La señorita Park se sentía muy orgullosa. Le propuso a sus padres (por segunda vez) que lo llevaran a un conservatorio. Realmente necesitaban que su hijo triunfara y ganar algo de dinero. Pero no podían hacer eso, era muy pequeño. No podían. Por ahora.

[...]

- Hola señora Yang, está ya Jeongin? - preguntó Minho asomándose por la puerta.

- Si cielo, ahora baja.

La mujer se asomó dentro de la casa para llamar a su pequeño. Al que respondió con un "¡¡Ya voyy!! muy animado.

Bajó las escaleras y se encontró con su amiguito. Minho le tomó de la mano.

- Venga, vamos Innie. - dijo con una sonrisa en la cara.

- Si, adiós mamá! - regaló una sonrisa a su madre y también cogió la pequeña mano de su amigo.

[...]

Al salir al recreo Jeongin se sentó en la mesa de siempre con sus amigos.

- ¡¡Que ilusión, a partir de mañana tenemos vacaciones!! - exclamó Jisung.

- ¡Sii, tengo muchas ganas! - continuó Seungmin.

- ¿Es mañana? - preguntó el menor confundido.

- ¡Claro! Pero bueno Innie como puedes olvidarte de algo así? - Jisung rodó los ojos.

El pequeño se encogió de hombros con cara inocente.

- Oye, solo yo puedo llamarlo Innie. - Minho se dirigió a Jisung enfadado.

- Por que tú lo digas. - el contrario levantó una ceja y hizo una mueca.

Innie estaba confundido, porque no le podían llamar también "Innie" otras personas? ¿Porque quiere que solamente él le llame así? Aún que a decir verdad, se le hizo raro que Jisung lo llamara así. ¿Pero porque? Él también es su amigo, como Minho. Verdad?

[...]

< Vacaciones de verano >

Jeongin se sentía solo. A diferencia de sus amigos, sus papás no le dejaban salir, decían que lo distraían.

Cuando se aburría o se sentía triste, miraba por la ventana para ver a su amigo. Veía a Jisung ir a su casa muy a menudo. Se pasaban el día jugando en el jardín o en la calle. Él también quería estar con ellos. Pero no podía.

Eran muchas las veces que Minho, Jisung y Seungmin venían a verle o para que jugara con ellos. Pero según su mamá "no puede, tiene cosas que hacer". Así que se quedaba en casa.

Pero ya estaba harto. ¡Quería ir a jugar con sus amigos! Así entonces ideó un plan para escaparse de casa. Por la noche iría al vestíbulo, cogería las llaves y se huiría a casa de Seungmin, su casa estaba bastante lejos de la suya y así no lo encontrarían. La señora Kim era muy comprensiva por lo que lo más seguro es que le dejara quedarse.

Y así fue. El pequeño cogió las llaves y se marchó intentando no hacer ruido. Su escapada fue todo un éxito, pero había un problema con el que no había contado: no sabía el camino a la casa de Seungmin!
Estaba entrando en pánico, ahora ya no podía volver!
"¿Qué hago? ¿Qué hago?"

Cruzó una manzana y se sentó en la parada de autobús, pasaría la noche allí y el día siguiente iría a casa de Minho, seguro que él sabría el camino. Ojalá que sus padres no le descubrieran, sino, le castigaría de por vida.

Jeongin se llevó sus pequeñas manos a su carita y empezó a sollozar.
Una mano se posó en su hombro haciendo que el pequeño se sobresaltara.
No conseguía ver su cara por la sombra.

El menor iba a decir algo pero esa persona lo hizo primero.

- ¿Te encuentras bien?

NOTA:

Holaaa, qué tal están?

Quería decirles que a partir de los siguientes capítulos las cosas se pondrán más interesantes :0

Salu2 🤡

On track || HyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora