El amor verdadero es algo que no se puede permitir perder.

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Pov Dahyun:

-Dah-yun...aaah.- Escuche un último gemido antes de que se viniera en mis manos para posar su cabeza cansada en mi hombro. -Dubu, vamos a llegar tarde.- Dijo descansando unos últimos segundos en mi hombro. -Es tu culpa, tu cuerpo me seduce.- Dije fingiendo inocencia, para después mirarla con una sonrisa. -No me volveré a duchar contigo nunca más.- Me respondió para después aclararse el cuerpo ignorándome completamente. -No, Sanake por favor.- Dije en forma de súplica, mientras agarraba su cintura. En un descuido de su parte conseguí robarle un pequeño y dulce beso.

-Llegaremos tarde.- Me dijo después de olvidar completamente su enfado con una cara sumamente adorable, con un tierno puchero y los ojitos entrecerrados. -Salgamos antes de que te coma otra vez.- Dije robándole un último beso antes de quitarme todo el jabón. -Aún tienes hambre Dubu.- Me dijo con su gran falsa inocencia para después lamer su labio inferior, pero para mi mala suerte salió de la ducha antes de que pudiera rozar su suave cuerpo, es sin duda mi diosa o una diabla.

-No tardes.- Me dijo secando su pelo, para ponerse después su pequeño albornoz, y salir del baño con una sonrisa burlona. Poco después salí de la ducha secando todo mi cuerpo para poner mi ropa interior, miré un momento en el mueble y no estaba, se había llevado la ropa que me pondría hoy, sonreí inconscientemente por pensar en cómo estaría riendo ahora mismo con esa hermosa sonrisa. Puse una toalla en mis hombros para que las gotas de mi pelo aún húmedo no cayeran al suelo y salí, en busca de mi víctima o de la culpable como quieran verlo.

Camine sigilosamente por el pasillo hasta llegar a nuestra habitación, y allí estaba ella poniendo toda su atención en la ropa del armario, y como de costumbre estaba en ropa interior y con una toalla a su lado, vi como en la cama estaba la ropa que se suponía que debía estar en el baño, entonces con mucho sigilo proseguí mi caza, me acerque a ella muy lentamente y pose mis manos frías en su cintura. -Aaah...- Gritó mientras intentaba girarse.

-¿Y mi ropa?- Le pregunté cerca de su oído para arrinconar la más contra en armario. -T-te la dejaste en la cama.- Dijo mientras se sujetaba en una de las puertas del armario. -Estoy segura que la lleve al baño.- Dije mientras besaba su cuello intentando dejar una marca bastante visible. -Aún que me encanta cuando intentas dominarme, llegamos tarde.- Me dijo girándose completamente y mostrándome una sincera sonrisa. 

-No lo intento lo hago.- Dije haciendo un puchero. -Mejor sigamos esto después.- Me dijo besándo me lenta y seductoramente. -Esta bieeeen.- Grite mientras iba hacia la cama para poder ponerme mi ropa. En cuanto estuve lista me miré al espejo mmm que buena combinación. -¿Te gusta?- Le pregunté a Sana la cual aún no sabía qué ponerse. -Me gustas más sin ropa.- Dijo con una sonrisa, haciendo que la mire de manera seria. -Si, te queda genial.- Dijo riendo. 

-¿Me ayudas?- Dijo con un puchero en sus labios, mientras miraba en armario pensativa, miré el armario un momento, y empece a rebuscar en el, agarre una camisa realmente grande, junto a unos shorts negros rotos, y un cinturon ancho, y se lo di. -Pero esta es tu camisa.- Me dijo viendo el outfit completo.-Así cuando me la ponga pensare en ti.- Dije con cariño. -Te amo Dubu.- Me dijo con felicidad. -Yo también Shiba.- Dije dándo le un pequeño beso en los labios.

Después de ayudarla a cambiarse, ella me ayudó a maquillarme, ocultando las marcas de mi blanquecina piel, y ella haciendo lo mismo con las notables marcas o más bien mordiscos que le había dejado en la ducha. Después de estar riendo casi todo el día se nos hizo la hora de irnos, en la entrada me puse mis converse negras, y ella unas largas botas del mismo color.

Antes de salir recibí un mensaje de mi abuelo que decía que el coche estaba aparcado enfrente de mi casa, así que salimos con nuestras manos entrelazadas, hasta llegar al coche, donde ayude a Sana a subirse, para después entrar yo. Poco después de que el coche se pusiera en marcha agarre la mano de Sana. -¿Estás nerviosa?- Le pregunté viendo como negaba con su hermosa sonrisa. -¿Y tú?- Me preguntó mientras acariciaba mi mano. -Solo un poco.- Dije al notar como mi corazón se aceleraba sin sentido. -Si algo sale mal, te secuestrare.- Me dijo riendo, haciendo que yo siga su risa, la mire apreciando su bello rostro, y en cuanto se dio cuenta de que la miraba simplemente me sonrió con confianza, bese muy lentamente sus labios, para después sentir sus delicadas manos acariciar mi cara, haciendo que tranquilice cualquier preocupación.

ℝ𝔼𝔸𝕃𝕄𝔼ℕ𝕋𝔼 𝔻𝔼𝕊𝕋𝕀ℕ𝔸𝔻𝔸𝕊  ==> {SAIDA} [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora