Capítulo 19

1K 158 26
                                    

Los pasos resonaban en la plaza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los pasos resonaban en la plaza. El silencio reinaba en aquella zona de la ciudad. No se oían gritos ni golpes. Tal vez porque las personas que había por allí habían logrado huir, o tal vez porque se habían convertido en cadáveres y comida para demonios.

Perospero observaba fijamente a la joven mientras se acercaba a él con decisión. Otra cazadora de demonios más a la que matar. Había disfrutado especialmente devorando la carne de aquellos individuos. Humanos igual de insignificantes que todos, pero con aires de grandeza que creen que pueden acabar con los demonios. Era gratificante acabar con sus vidas y gozar de sus últimos momentos de agonía.

(TN) tenía muy clara su táctica. Era plenamente consciente de que sus posibilidades de derrotar a uno de los grandes demonios de la familia Charlotte eran nulas. Debía distraerle el tiempo suficiente para que las tres hermanas de Katakuri pudieran regeneras las partes del cuerpo que les faltaban y librarse de las ataduras. Solo entonces, en equipo, tendrían posibilidad de éxito.

—¿Qué tenemos aquí? —preguntó el demonio, con una mueca de diversión en su rostro. Sus ojos estaban clavados en aquellos orbes (t/c) que le miraban con decisión—. Puedo jugar un rato contigo si es lo que quieres.

La joven ni si quiera contestó a sus palabras, no quería entrar en su estúpido juego. Se abalanzó sobre él y le atacó sin miramientos.

Perospero esquivó el ataque sin hacer ningún esfuerzo. (TN) no se sorprendió. Katakuri ya le había advertido sobre las habilidades de sus hermanos, a ella y al resto de cazadores.

Por ello, la peli(t/c) no se alteró al observar cómo la roja y afilada lengua de aquel demonio se alargó y salió disparada hacia ella. También pudo esquivar el ataque a tiempo.

—No está mal —comentó aquel ser, analizando a la joven con la mirada. Era más ágil que los otros cazadores, pero sus posibilidades de sobrevivir continuaban siendo nulas.

Segundos después, comenzó una dura batalla en la que la humana tan solo podía concentrarse en esquivar los ataques. Llegó a rozarle con el filo de la lanza en algunas ocasiones, pero los cortes en aquella piel se regeneraban en cuestión de segundos.

Era imposible conseguir atravesar su nuca o cortar la cabeza por el punto exacto en aquella situación. Además, con cada corte que (TN) recibía, ya fuera por las uñas o por la lengua de Perospero, el dolor que sentía su cuerpo aumentaba.

La joven ni si quiera podía desviar la mirada para comprobar la situación de las hermanas de Katakuri. Sin embargo, era obvio que todavía no estaban recuperadas del todo. Si ese fuera el caso, ya se hubieran unido a la batalla.

Necesitaba aguantar un poco más.

Los minutos iban pasando y para la chica de ojos (t/c) cada segundo se hacía eterno. Jadeaba y su corazón latía con tanta fuerza que parecía que se le saldría en cualquier momento.

Peligro al anochecer «Katakuri x Lectora»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora