—Vaya, desde luego mi brebaje comienza a hacer efectos —comentó Pudding, después de la gran pelea de entrenamiento que Katakuri y Cracker acababan de tener.
—Sí, ha sido una gran batalla... —murmuró (TN), sorprendida. Casi nunca había tenido la oportunidad de observar a su compañero mientras luchaba, ya que ella también solía pelear a la vez.
—Hora de curar esas heridas —anunció Chiffone, al mismo tiempo que se levantaba y se dirigía hacia el interior de la casa. La peli(t/c) se fijó todavía más en las graves heridas que ambos demonios tenían.
—¿Esa clase de heridas pueden curarse como si nada? —preguntó la humana, con curiosidad.
—No, debemos aplicar un ungüento especial —explicó Lola—. Normalmente, los demonios sanamos rápido las heridas provocadas por un humano o armas creadas por ellos. Sin embargo, las heridas de un demonio a otro demonio son mucho más profundas. En especial si se trata de demonios fuertes. Se pueden regenerar solas igualmente, pero lleva unas que se recuperen del todo. Con el ungüento especial, desaparecen enseguida.
—¡Ya lo tengo! —se escuchó exclamar a Chiffone, mientras salía por la puerta.
(TN) observó con curiosidad como las hermanas llevaban a cabo su trabajo. Lola retiró aquella especie de chaleco oscuro que Katakuri siempre llevaba puesto, y a pesar de que apenas cubría su torso, la joven no pudo evitar que un ligero cosquilleo recorriera su cuerpo por dentro.
Unos segundos después, pudo observar como aquellas horribles heridas se iban cerrando poco a poco, aunque a una gran velocidad si lo comparabas con el proceso de curación en un humano.
—Te entrarán moscas si no cierras la boca —advirtió Cracker, sacando del trance a la joven—. ¿Te ha sorprendido lo de las heridas o es que te has quedado boquiabierta observando a mi hermano?
—¿Pero qué dices? —farfullo ella, algo avergonzada, mientras se levantaba. Había estado observando los entrenamientos sentada en la hierba.
—Ten cuidado —advirtió el peligranate, mirando a la joven e ignorando el comentario de su hermano.
—Puedo caminar, ¿vale? Eso no es un gran esfuerzo —aclaró la peli(t/c). Estaba algo irascible por no poder formar parte de los entrenamientos—. Voy un rato a descansar.
Aceleró el paso y continuó rumbo a su habitación. Bueno, la habitación que le habían asignado en la casa. Nada más llegar, se dejó caer sobre el colchón, apoyando la cara contra la almohada.
¿Por qué se había avergonzado tanto por ese comentario? Es decir, supuestamente las cosas ya estaban claras entre ellos. Además, no es que ella hubiera sido nunca una chica que se avergonzara fácilmente. Aunque tampoco le había gustado ningún chico antes y no había tenido que enfrentarse a ese tipo de situación. ¿A caso te ibas volviendo tonta a medida que te enamorabas?
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Peligro al anochecer «Katakuri x Lectora»
FanfictionLa joven (TN) vive un pequeño pueblo perdido por las montañas de Japón. Su casa está algo separada del resto, por un camino de cinco minutos. Todos los días ella acompaña a su hermano mayor para vender los diferentes productos que producen en su peq...