Tomando caminó

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Hemos domado nuestro lado más salvaje
Y se ha extinguido nuestra esencia animal

Se encontraba aquella pareja en la cama desnudos, lo único que los tapaba del frío era las cobijas de la cama. Dolores era la única que estaba despierta, sus grandes ojos azules observaba con tanta atención el rostro de Crocodile que se encontraba en un profundo sueño, se miraba tan tranquilo, tan buen hombre apesar de esa cicatriz que tiene y la falta de su mano. La ternura le llenó el alma y se deshizo de ello por medio de un beso que depósito en la frente de Crocodile.
Era un hombre que se encontraba tan enamorado que no se daba cuenta que la mujer que estaba amando había tomado la decisión de irse de la casa.

Me ví perdido hasta encontrar que no hay camino que termine... ni historias con un buen final

Estaba decidida, nadie la iba a detener, no quería saber nada ya. Quería ser alguien nuevo, quería borrar su pasado, quería incluso cambiarse de nombre. Se levantó de la cama sin hacer nada de ruido, igual su cuerpo delgado no hacía nada al colchón. En media hora tendrá que ver a Robin, así podrá irse con ella a su hogar.
Miró por última vez a Crocodile con unos ojos cristalinos por las mismas lágrimas, mentiría si dijera que no sentía algo por él, que dejarlo solo en esta gran casa no le afectaba... Que se sentía egoísta por dejarlo.
¿Se iba arrepentir por lo que hará?, Es probable que sí, pero tenía que intentarlo... ¿La perdonará?, Es obvio que no. Ella lo abandonó, eso nunca se perdona.

Ya no te espero, la vida que conoces se acabó. Ya no la quiero, ando en busca de mi lado animal...

No podía dejarlo así sin saber que fue de ella, no quería preocuparlo y que este la buscará, si es que lo hacía, cuando se vistió y recogió sus cosas dejó una carta escrito por ella, dirigida especialmente para él, con la esperanza de que la leyera y así entendiera que no quería estar así, no se sentía cómoda, quería encontrarse. Al estar apuntó de irse por la puerta principal hecho un vistazo a su alrededor y observó el perro de Crocodile la miraba y le movía la cola. Ella se agachó para acariciarlo y este lo recibió como siempre tan mimoso. Ella sonrió de lado.

-Lo siento...-Dijo ella para después pararse y salir de ahí.

Corro sin huir, nadie me persigue
Solo huyo de mí, de lo que antes era y es que en lo que fui, no me reconozco. Borraré mis pasos de esta carretera...

Caminaba por las heladas calles del barrio con sus maletas en brazos y en su espalda, ni hablar su guitarra. Por las horas era claramente oscuro, sin embargó había grandes lámparas que iluminaban su camino. Evitaba respirar mucho de ese aire helado refugiando su boca y naríz en una bufanda que tenía puesto. Observó a lo lejos el auto de Robin y a la mencionada afuera recargada en su mueble, la morena al ver a la rubia sonrió de lado... Así que tomó la valentía de venir.

-Siento mucho por tardar-Se disculpó Dolores mientras respiraba agitado.

-No hay problema, vamos que hace frío...-Hablo la mayor para abrirle la puerta de atrás para que coloque sus cosas.

Una vez eso se sentó en el copiloto junto con Robin que estaba de piloto. En la radio Robin tenía música clásica, se sentía la calidez, aquella melodía vera la única que se escuchaba en el auto. Robin sabía, por una extraña razón sabía, que Dolores necesitaba tiempo para ella misma y su mente, arreglarse para ella misma, establecerse, quererse.
Al llegar a su departamento Robin ya tenía preparado la cama para Dolores, la dejó ponerse cómoda y así hablar cuando amanezca. Estando en la cama ella osbervaba a su alrededor, era un lindo hogar, un departamento amplió como la de Nami, con colores serios, muchos libros y figuras que daba muchas buenas vibras, ni hablar de las plantas que tenía... Todo tiene que marchar bien.

Pequeño Angel [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora