Ladrona

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Estuvieron un buen rato viendo a varias mujeres en aquéllos tubos y varios otros espectadores se acercaban a verlas, a apreciarlas, a tirarles dinero y gritarles barbaridades. Al final de todo, salió un Drag Queen muy bien vestida de diablo, tambien de látex rojo intenso.

–Hola muchachos~ -Hablo con una buena alegría a lo que los clientes aplaudieron y aullaron.- ¡Ay, que bárbaros!, Estan hoy muy hambrientos... Y por eso mismo, les vengo a decir que acaba de caer algo nuevo, un botín del mismo paraíso... Y me dijo que esto va dedicado para... -Se quedó callada por un momento, mirando a todos los que estaban viendola y al final apuntó.- a esos tres hombres, ¡SI USTEDES!

¡Eran el grupo de cinco que termino siendo de tres!, Ellos ya estaban alistandose para irse, pero ¿La dueña cómo iba permitir que ellos se fueran sin antes compartir de lo que tiene?, Los tres restantes del grupo ya estaban por irse aún cuando la Drag Queen les llamó, se sentían ya satisfechos por ver a las mujeres que se le acercaron bailar para ellos y tomar algo de alcohol... Pero en cuanto todo oscureció, una música de fondo los hizo llamar la atención, y más cuando una sola luz iluminó un punto del gran escenario...
Fueron sentados por las mujeres que estaban con ellos y en sus asientos se quedaron observando a una mujer, una con unos tacones muy altos que parecían de cristal, sonando cada pisada que daba, su vestimenta no era igual que de las demás, no era tan provocativa, era una pequeña bata blanca, de una tela suave y lo mejor de todo es que en el mismo vestuario se incluía unas pequeñas alas de ángel, pero... ¡Maldita sea!, Su rostro estaba cubierto por una tela, como si fuera un tipo de ladrona... Que sí, en verdad si lo era, había robado varios corazones con solo mirarla caminar de esa forma tan elegante.

Su físico tan delgado, pechos pequeños que eran ocultos por aquella bata sin escote y sus glúteos bien formados, sin ningún tipo de alteración plástica en ella. Y lo único que resaltaba de su cara eran esos ojos azúl cielo. ¡Joder, en verdad ese ser cayó del paraíso!

Bailaba con suavidad en el suelo, con elegancia, delicadeza, como la misma canción que resonaba entre todo el lugar, para después con una pierna pueda balancearse y poco a poco se levantará para subirse a aquél tubo, casi llegando al techo, girando con una pose glamuroso formando en sus pierna una V perfecta con sus piernas entre aquel tubo, ella era un ángel, uno dentro del mundo de los monstruos, que sin dudarlo pagarían un buen dinero para tenerla y arrancarle una por una esas plumas tan blancas que tenía...

Ella podía sentir como su cuerpo ardía por las mismas miradas que tenía en ella, sin que todos supieran más que el personal, era la primera vez que estaba haciendo esto y lo estaba haciendo bien, ¡Lo estaba haciendo bien!.

El ambiente se sentía caliente, la tensión era grande. Los tres espectadores poderosos no quitaban la mirada de ella, verla en lo alto con esas poses provocativas pero con movimientos suaves, era para ellos como un tipo de besó para sus ojos, uno llenó de delicadeza, ¿Desde cuándo dejaron de lado aquello dulce y agradable que tiene sexo?, ¿Cómo llegaron a tenerle una excitación hacia lo masoquista, al juego de la dominación y sumisión?, el de la cicatriz había dejado de fumar, el rubio no le había dado ningún trago a su bebida y el otro, gracias a su bufanda, no podían ver que tenía un leve sonrojo y casi con la boca abierta... Todo por estar observando aquélla bella ángel que seguía el ritmo de la música, los billetes caían alrededor de ella como si fueran gotas de lluvia alrededor de ella, y estuvo asi hasta que terminó en el suelo, boca arriba demostrando en conclusión aquél bailé.
Los tres reaccionaron entrando una vez más al mundo real, y todo por culpa de los aplausos y aullidos de la gente. ¡Para la próxima no habrá gente que moleste, solo ellos!.

Uno de ellos, el oxigenado, se maldecía en sus adentros al sentir como sus ropas ,sobretodo sus pantalones, se sentían apretadas, pasó su rostro por toda su cara tratando de tranquilizarse. El de la cicatriz se levantó, dispuesto a ir a por ella, pero algo lo detuvo.

–¡Oh, no queridos!, Lo siento, solo comparto su belleza -Dijo la Drag Queen por el micrófono , ayudando a la pequeña ángel levantarse.- ¡El señor me dijo que la cuidará!

Se maldicieron, ¡Es injusto!, ¿Cómo no tocar lo nuevo?, ¿Qué rayos pensaba esa persona?, ¡Demostró un banquete a todos y no reparte su comida!, ¡Qué egoísta de su parte!.
Se largaron sin más los tres hombres que quedaron en aquél grupo, no iban admitir nada entre ellos, pero por dentro les había gustado esa ladrona, a esa ladrona de suspiros.

Pequeño Angel [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora