Quédate

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Ya era tarde, Nami se había ido junto con las visitas que llegaron de sorpresa, Crocodile miraba el periódico en su sala mientras que  su perrito estaba durmiendo entre sus piernas. Habían comido Dolores y él, pero por separado, tenía que admitir que la comida de Sanji era fabulosa, no entendía muy bien porque tenia un lugar como ese y no en una de cinco estrellas.

Por otro lado, Dolores como podía se estaba duchando, ella no entendía bien porque sucedía eso ¿Sera por la brusquedad que fueron?, ¿Porque fue su primera vez?, Esta solo dejaba que el agua recorriera su cuerpo... Pero aun por más que se pasaba el jabón en su cuerpo, se sentía sucia... Como pudo se secó y se puso su ropa para ir a dormir.
Y así fue durante unos minutos, llegó la hora de dormir para el mayor, Crocodile paso por la habitación de Dolores, quería abrir y ver como se encontraba, pero tampoco quería invadir la privacidad de ella, se quedó un buen rato mirando esa puerta de madera, hasta que fue a irse a su habitación.

Era la primera vez que traía a una mujer a su hogar que no era referente a satisfacer sus necesidades sexuales, nunca pudo tener una pareja oficial, siempre era para encuentros sexuales y anda más.

10 minutos para que sean las 3 de la madrugada, todo era tranquilo tanto afuera como adentró de la mansión, pero los sueños de aquél hombre fueron interrumpidos al escuchar gritos, poco a poco abría los ojos molestó, ¿¡Qué rayos sucedía!?, Es cuando recordó a Dolores, se levantó rápido de su cama, provocando que su pequeño perro también brincara de la cama y saliera corriendo junto con él. ¿¡Qué sucedió!?, ¿¡Entró alguien!?, Abrió la puerta encontrandose a una Dolores siendo víctima de una pesadilla.

–¡Déjenme ir!, ¡Se lo suplicó!-Gritaba desesperada.

Su cuerpo se retorcía, se notaba claramente que estaba sudando. Crocodile de inmediato se acercó a ella y con su única mano trato de despertarla.

–¡Dolores!, ¡Dolores!-Decia este preocupado.

Por fin despertó, incorporándose de golpe, su cuerpo temblaba, respiraba agitado y sus manos se colocaron en su cabello y se agarraba bruscamente de los cabellos mientras lágrimas salían de sus ojos. Estaba desesperada, su mente la hizo volver a ese infierno.

–Yo no quería, yo no quería y ellos me lastimaron -Decia ella desesperada.

Crocodile se puso enfrente de ella y la abrazó, no era mucho de abrazos, pero en esta situación tenía que hacerlo si o si, colocó su cabeza arriba de la de ella y con su mano sana acariciaba la espalda de esta, para que se tranquilice, a cambio esta al sentir ese abrazó comenzó a tranquilizarse y poco a poco correspondió el abrazó de este, recargando su cabeza en el pecho de este.
Duró varios minutos en donde su respiración estaba mejor, incluso ese sudor que tenía se esfumó, fue entonces que Crocodile se separó de ella para verla.

–¿Estas bien?, ¿Te hiciste daño

–Solo me duele mi mano -Contesto ella mirando su mano fracturada.- Pero luego se me quita... Creó.

–¿Quieres unas pastillas para dormir?

–...¿Le digo un secreto? -La actictud de Dolores cambió de forma impresionante.

Parecía una niña pequeña en ese momento, Crocodile prefería eso que verla mal, este se acercó a él curioso.

–Me da miedo tomar pastillas...-Confeso ella.

–¡Ah!, ¿Y cómo le haces si te enfermas?-Pregunto él divertido ante la confesión, sin duda parecía una niña.

–Prefiero las inyecciones...

–Esta bien, Dolores... Entonces te dejó dormir, es tarde -Dijo este levantándose de la cama.

Pero algo lo detuvo, al darse cuenta la mano sana de Dolores lo había agarrado de la camisa.

–No me deje sola... Porfavor, quédate...-Dijo ella, pero al procesar lo que dijo un gran sonrojó apareció en sus mejillas soltandolo- Ah, si quiere... No es obligatorio...

Crocodile la miro, ¡Joder!, ¡Que afortunado se sentía al ver a Dolores así!, Se preguntó si alguien más la ha visto así, ¿Porqué no se a enamorado?... "Enamorado"... Le dió la espalda a Dolores poniéndose su mano en su rostro, estaba sonrojado, ¡Que barbaridades estaba pensando!, Respiró hondo y cerró la puerta de la habitación para después ir a la cama con Dolores.
Dolores le hizo un lugar a su derecha, y este se acostó, el perro de colado se acostó entre las piernas de los dos.
Para Dolores era la segunda vez que dormiría con un hombre, pero no sabía que esta vez sería con su jefe. Él seguía despierto, mirando el techo un poco  nervioso, ¿Se suponía que iban a dormir, verdad?.

Crocodile con su brazo, que esta vez no que tenía el garfio, tomó a Dolores y lo acercó a él, ella lo tomó bien, poniendo su cabeza en el pecho de este... Sus fosas nasales se llenaron de ese perfume varonil, era adicto.

En silenció, Dolores con su mano sana que es la izquierda, paso lentamente hasta tocar la mano derecha de Crocodile. Él al notar eso levantó un poco la mano, preguntándose en su mente lo que quería hacer y fue ahí donde ella conecto la palma de su mano con la de él, dejando ver la gran diferencia de tamaño.
¡Maldita sea!, ¡No dejaba de ser adorable!, Para Crocodile realmente tierno ver esto, incluso su corazón latió más rápido. 

–Muchas gracias por todo, Crocodile...-Dijo ella un tanto tímida. Pero este permaneció callado.- ¿Por qué es tan bueno?...

–...No puedo dejar que un pequeño ángel le arranquen sus alas -Contesto esté, entrelazando aquellas manos.

–No soy ningún pequeño ángel...

–¿Y por qué no?

–Porqué los ángeles no estan en lugares llenos de monstruos.

–...Dolores, ya dime bien, ¿De dónde vienes?, ¿Donde estabas para que te pasará eso?, Quiero ayudarte...

Hubo un gran silenció de parte de los dos, tarde o temprano tenía que saber de ella, ¿Por qué no ahora?

–...Vengo de un pueblito muy lejos de aquí de One Piece... Crecí con mis abuelos, nunca conocí a mi papá y mi mamá tenía problemas alcohólicos... Eramos pobres y solo terminé la secundaria. Mi abuelita murió cuando tenía 11 por causas naturales y mi abuelo un año después por depresión... Él me enseñó muchas cosas, sobretodo cantar y tocar la guitarra.

–¿Y tú mamá?

–...Ella nunca me quiso, ella quería un niño y siempre me cortaba el cabello, no le importaba si me cortaba las orejas... Después de la muerte de mis abuelos ella comenzó a tratarme peor que antes... Cuando cumplí los 20 huí y... Marie Claire me recogió, después comencé a tocar con la guitarra de mi abuelo en las calles y ahí conocí a Nami.

–...Siento mucho que eso te pasará

–Sali del infierno... Dos veces -Dijo ella con algo de sueño.- No quiero volver ahí...

Esta bostezó y se acorruco en el pecho de Crocodile, él estaba pensando en lo que había dicho, ¿Dos veces?, Se refiere a lo que le acaba de suceder, este iba a preguntarle pero se dió cuenta que Dolores ya estaba dormida, ¡Qué fácil duerme!.

Pequeño Angel [One Piece]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora