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I Like Me Better
Lauv
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02:52                                         03:37

Las perlas se miraron poe varios segundos y luego volvieron la vista afuera, angustiadas. El par se había marchado y ellas se habían reunido para hablar de los acontecimientos de últimamente.

—No han vuelto, ¿les habrá pasado algo? —preguntó casi para sí la crema, restregando sus manos entre sí.

—Estoy segura que ellos estarán bien —susurró mirando la espalda de la materna.

—¿Estás segura?

—Lo estoy, Perla —volvió a susurrar, casi balbuceando.

—¿Segura?

—Sí, Perla —mantuvo la calma, a pesar del silencio siguiente. Pasaron unos minutos y pudo asegurar que escuchaba los latidos de la crema, aunque esta no tuviera corazón. Se notaba nerviosa.

—¿Estás segura–segura? ¿Y si les pasó algo? —finalmente dirigió la mirada a la azulada, que se limitó a asentir. Mantuvieron el silencio unos segundos apenas. —¿Y si los atropellaron? Vamos, a Pink la atropellaron una vez —volvió la vista al cristal, apoyando sus manos en él.

—Yo creo que están bien, Perla —insistió ya perdiendo la paciencia, pero se mantuvo pasiva.

—¿Estás... Segura? —arrastró con disimulo.

—Sí, Perla.

Volvió en silencio.

Tres.

Dos.

Uno.

—¿Y si——

—He tenido sueños —interrumpió la perla azulada —últimamente —la crema ignoró sus palabras por varios momentos. —He visto estrellas y todo ha sido repentino, puedo ver a una zafiro y a una rubí, tú también, ¿no? —la mayor tanteó, pero se giró, mirándola. Dudó y volvió su vista al vidrio.

—No he tenido la costumbre de dormir y mucho menos de soñar. Tú tampoco deberías.

—Creí que la que menos tendría costumbres de Homeworld, las tendría —ladeó la cabeza, causando que sus mechones de cabello, se recostaran en su hombro. La mayor aplanó los labios por segundos, pero no flaqueó.

—Costumbre —se limitó a decir en un balbuceo. La azulada esperó a algún otro comentario, pero al no haber, continuó.

—Creo que nos——

—¡Ya vienen, Perla! ¡Ya vienen! —chilló emocionada y se levantó, acercándose apresuradamente a la puerta. Allí, abrió la puerta y miró a los híbridos que las miraron con leve confusión. —¡Tardaron demasiado! ¿Están bien? Pasen, tendrán un resfriado —se apresuró, arrastrándolos dentro de esa cabaña.

—Perla, tenemos cosas que hacer —gruñó el menor, causando confusión en la nombrada.

—¿"Tenemos"?

—¿Qué harán?

—Tenemos que planear lo seguro: ir a Homeworld —sonrió determinada Connie, golpeando su propia mano. —¡Tenemos que ir por nuestros padres!

—No podemos dejarlos con una piña amarilla loca.

—Espera, espera —la azulada intervino. —¿Van a volver al lugar que escaparon?

—Yo creo que no necesitamos a ese par de hombres —susurró disgustada Perla.

—Más allá de eso, es muy arriesgado, pueden no volver a salir.

Fucking Diamonds | ConnverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora