Fucking Diamonds | Connverse

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♪Daya♪
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00:52                                         04:02

El cuello de un amarillo pálido era rascado por su mano. Observaba las paredes del lugar, sintiendo su cuerpo deambular ante esa sensación de pesar.

¿En qué momento quiso esto?

Quizás las discusiones por defender y preferir algo más —o a alguien más— causaron conflicto en el egoísmo de ambas. Yellow está segura que ella no fue la equivocada, ella no tiró todo a la basura por un capricho.

“—Tenemos que valorar lo que quiere Pink”.

¿Y si ella no quería valorar nada de Pink? Ya le estaba robando mucho tiempo a Blue, incluso le angustiaba a la mayor no ser suficiente para la menor.

“Si de verdad la quieres, deja de arrastrarla a todos tus caprichos”.

“Se va a hundir contigo”.

Y dicho y hecho, Blue —tal como basura— fue arrastrada y tirada hacia una esquina por solo el pensamiento egoísta de Pink. No podía darse el valor de destruirse a sí misma, no sin antes arrastrar a todo un séquito de mentiras detrás. Era simple y lógico.

Su garganta se cerró por momentos y su cabeza se bloqueó, tal como un baúl y su candado dorado.

Su estómago se revolvió repentinamente, sintiendo náuseas.

Se preguntaba si aquella cabeza azul aún pensaba en ella, o si era mito de Dios que aún se revolcaba por su pasado. ¿Le mentiría a otros como a ella? ¿Le dirá a alguien más que lo ama? Su corazón se comprimía con solo pensar en eso, se estresaba a sí misma.

Aún podía escuchar sus gritos, apoyando hasta la muerte a Pink y reclamándole por su egoísmo, diciéndole que no todos tienen que seguir a White y que era ciega ante sus mentiras. Quería explorar todo. Ser feliz. Eso le dijo, ¿sería cierto?

¿Estará feliz de haber tenido una hija? ¿De haber dejado que todo caiga al suelo?

“Blue, todo lo que sube tiene que bajar. No vengas cuando baje”.

Lo peor de esa frase, es que Blue nunca volvió. No sabía si era el orgullo o el compromiso que tuvo con aquel hombre. Se preguntaba qué le vio de bueno a un humano. Un ser orgánico. Pudo seguir siendo perfecta, gobernando con su belleza, con su melancolía, sollozando y ocultándose en sus brazos.

No.

No lo quiso así.

¿Quién era más egoísta? ¿Yellow? Blue no era ninguna tonta, bueno, sí, pero igualmente podía afirmar que sabía qué pasaba, a diferencia de Pink, que se la pasaba tomando decisiones y siendo la líder sin medir las consecuencias.

Quería dejar de ser egoísta.

Quería dejar de pensar que era su culpa.

Quería...

—Mi diamante —la perla amarilla apareció por aquella puerta, mirando a la mayor con algo de timidez.

¿Qué era lo que quería exactamente?

¿La necesitaba?

¿La amaba?

¿La adoraba, ansiaba?

¿Sería capaz de poofearse a sí misma para revivir sus recuerdos del pasado?

—¿Sí, Perla?

—Ágata reclama su presencia.

Ya era tarde. No podría traerla de vuelta. Era obvio.

—Dile que se retire, si no es urgente, que ni llame.

—La acompaña diamante azul y rosa —los ojos de la amarilla mayor se abrieron como platos. —¿Connie y Steven?

Quizás su hija si contradeciría sus palabras.

«Parece que lo que bajó, ahora tiene que volver a subir».