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Sin darse cuenta, los cuatro chicos estuvieron por horas hablando y riendo mientras terminaban de comer los pasteles. Hyunjin y Felix solo captaron aquello cuando Seungmin y Changbin les avisaron que debían volver a sus turnos de trabajo.

—Ustedes también deberían ir al castillo, servirán el almuerzo dentro de poco —mencionó Seungmin mientras lavaba los platos, apurado.

 —¿Almuerzo? Creo que en el castillo nunca están satisfechos de comida —respondió Hyunjin sin pensarlo mucho, luego de un resoplo.

Felix hizo una mueca. Recordó las miles de veces que al ser mediodía le había preguntado a Hyunjin si ya había comido y siempre le respondía que "comer todas las comidas del día es para gente con dinero o muy afortunada". 

—Ya te acostumbrarás a eso —dijo Changbin con una pequeña sonrisa, mientras se miraba en un pequeño espejo.

—Pueden quedarse un rato más pero intenten no llegar tarde —Seungmin miró específicamente al príncipe con aquella frase. 

—No te preocupes, solo esperaremos unos minutos más.

Siempre lo hacían así cuando la hora de sus turnos los topaba a media conversación con el príncipe, la pareja se iba primero y se separaban un poco antes de llegar al castillo con un pequeño beso y seguían sus caminos hasta sus respectivos puestos, luego, Felix esperaría unos minutos antes de subir por el sendero oculto, esperando que nadie estuviera viendo.

 —Bien. Nos vemos en los pasillos, par de t... Traviesos. 

Seungmin le dio un codazo disimulado a Changbin cuando notó que la verdadera palabra que mencionaría era "tórtolos". 

—Nos vemos —respondieron Hyunjin y Felix al unísono, ambos con una sonrisa.

Cuando cerraron la puerta, la cabaña quedó en completo silencio por unos segundos antes de que el rubio abriera la boca para hablar, parado frente a su amigo

—Hyunjin.

—Dime, principito.

—Si te llegaras a sentir incómodo con algo aquí, en el castillo ¿Me dirías?

Hyunjin no captó muy bien aquella pregunta pero disfrutó mucho el tono suave que había usado Felix para hacerla. 

—¿Cómo qué? —preguntó curioso.

—Lo que sea que te haga sentir extraño.

El pequeño príncipe era muy consiente de que la vida en el pueblo era muy distinta a la del castillo, no era tonto. Como siempre repetía, Hyunjin le había educado sobre aquello en un principio y luego, solamente era cosa de observar y experimentar para notarlo. Sabía que Hyunjin no estaba habituado a este estilo de vivir y fácilmente podría sentirse pasado a llevar, el rubio quería impedir aquello a toda costa. 

A eso se refería con aquella pregunta, pero se negó a decirlo con esta explicación.

—Supongo que sí te diría —respondió Hyunjin, sabiendo que aquello era lo que el príncipe quería escuchar.

—¿Lo prometes? —Felix hizo un pequeño puchero.

—Lo prometo.

Hyunjin le sonrió ampliamente. Amaba sus gestos y expresiones. 

Salieron de la cabaña luego de esperar unos minutos, caminando lento para asegurarse de que nadie estuviera alrededor. 

 —Hyunjin, espera —Felix le agarró el brazo al más alto cuando estuvieron cerca de la entrada al castillo —Entra tú primero, yo iré después de ti. 

La Douleur Exquise | 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑳𝑰𝑿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora