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El rubio príncipe despertó junto al amanecer, con un brazo rodeado en su cintura, y el cuerpo de Hyunjin pegado a su espalda. No se movió, a pesar de los rayos de luz que amenazaban con llegar hasta sus ojos, porque podía sentir la tranquila respiración del peliceniza. 

Disfrutaba de la calma que la hora azul y la calidez de los brazos que lo rodeaban le daban, e intentó darse la vuelta para despertar a Hyunjin, pero se le dificultaba un poco cuando, como si fuera un acto reflejo, este lo acercaba más a él y lo abrazaba con más fuerza. 

—Hyunjin —susurró —¿Estás despierto?

Sintió como la cabeza del nombrado se hundía en su hombro.

—No, ¿Y tú? —murmuró Hyunjin en respuesta, luego de respirar profundamente.

Felix sonrió. —Yo tampoco lo estoy.

—¿Entonces volviste a aparecerte en mis sueños? —preguntó Hyunjin, con la voz ronca de un recién despertado pero con la suavidad de un susurro, haciendo que sus respiraciones le dieran cosquillas en el cuello al contrario.

Al príncipe se le subió el calor a la mejillas. Todavía no podía controlar aquello, menos si Hyunjin siempre salía con algo nuevo que le dejaba sin palabras. Él también quería decirle cosas así, pero no le salía tan natural como al peliceniza, incluso llegaba a cuestionarse si no serían frases practicadas con anterioridad. 

—¿Sueñas conmigo en la cama? —no había hecho una buena elección de palabras y ahora no solo estaban rojas sus mejillas, hasta sus orejas podían evidenciar la vergüenza que sentía. El peliceniza en serio lo dejaba en blanco.

—Supongo que sí —contestó Hyunjin, sin tono de broma. Estaba aguantando el soltar una risita o molestar al rubio con aquello —Estamos en una cama, ¿No?

Felix solo pudo pensar que tal vez no estaba del todo despierto, pues de lo contrario sabía que diría algo al respecto, asimismo una pequeña esperanza de que así fuera surgió, y decidió que podría ser su oportunidad de no quedar como el ingenuo, cambiar los roles.

—¿Y en tus sueños qué suele pasar después?  —preguntó, luego de plantear y repetir la pregunta al menos un par de veces en su cabeza.

No era lo que esperaba Hyunjin, pero decidió seguir, solo para averiguar hasta donde llegaría el rubio. Ocultó su sonrisa y relajó un poco el cuerpo.

—Nos besamos, claro —musitó, arrastrando un poco las palabras a propósito.

—¿Y luego? —volvió a preguntar el príncipe, con un poco más de confianza. Se sentía extraño con la conversación, pero algo lo motivaba a seguir indagando.

—¿En tus sueños hacemos algo más? —preguntó el peliceniza todavía en su estado de "semi dormido", dejando en jaque a Felix, que nuevamente había quedado mudo. 

Esta vez pensó por un poco más de tiempo la respuesta, con algo de nervios queriendo sobrepasarlo. 

—A veces nos tocamos demás, ya sabes, eso... —era mentira. El príncipe nunca había tenido sueños de ese tipo, o al menos que él recordase. 

No tenía experiencia en esas cosas, y sentía pudor al pensar en preguntarle a alguno de los experimentados de sus amigos con seriedad, solo bromeaban a veces con el tema con Jisung pero realmente nunca lo habían hablado, pero con Hyunjin de alguna manera siempre lo había sentido distinto. Quiso saber si él ya había tenido encuentros de ese tipo en varias situaciones, pero nunca supo cómo preguntar por miedo a que pensara mal de él. 

La Douleur Exquise | 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑳𝑰𝑿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora