(intenten escuchar la canción cuando estén cerca del final)
Seis meses después
Felix había madrugado aquél día, no por opción propia, sino porque su cuerpo le indicaba la ausencia del otro que siempre estaba a su lado al despertar.
Se restregó los ojos un poco para deshacerse de la vista nublosa, y por una de las pequeñas ventanas que habían a un lado de la cama, pudo ver que a quién buscaba estaba afuera sentado en el césped.
Se abrigó el pecho descubierto con una de las camisas del peliceniza, y salió de la pequeña casa, a pasos ligeros para no despertar a ninguno de los que siguieran en el mundo de los sueños.
—¿Te caíste de la cama o algo? —preguntó en un tono bajito, cuando ya estuvo a espaldas de Hyunjin.
Se escuchó una pequeña risa por parte del peliceniza, antes de que se diera vuelta.
—Buenos días, precioso.
—Buenos días —respondió Felix con una sonrisa, sentándose a un lado y dejando un beso en sus labios cuando ya estuvieron a la misma altura. —¿Sucede algo?
Hyunjin negó con la cabeza. —Solo salí por un poco de aire. Pensé en despertarte, pero creí que te gustaría dormir un poco más.
—Tienes razón en eso —asintió el rubio, con el ceño solo un poco fruncido —Pero creo que no funciona si no sigues ahí.
Hizo un puchero y como consecuencia inmediata recibió un casto beso en sus labios.
—Lo siento, ¿Quieres que volvamos a dormir? —dijo Hyunjin, entre sonrisas.
—Podemos quedarnos aquí —respondió Felix con una sonrisa algo juguetona, mientras empujaba al peliceniza para que quedara totalmente acostado sobre el suelo, e inmediatamente se acurrucó junto a él.
—¿Estás cómodo, principito? —preguntó Hyunjin, observando como la mejilla del rubio se derretía un poco contra su pecho y este comenzaba a cerrar sus ojos, dándole una imagen bastante adorable. Felix emitió un sonido de afirmación y con eso, el peliceniza comenzó a relajar sus párpados.
El día en que la madre de Felix lo había delatado, o así se había convencido él, fue el día en que la libertad comenzó a llegar a sus manos. Nada total, pues su escape solo había sido un arreglo pasajero, nada que le permitiera ir donde quisiera sin esconder su rostro por miedo a ser reconocido y llevado de vuelta a su vida como príncipe, pero sí había comenzado a vivir una vida totalmente distinta a lo que conocía.
Aquella noche, con la ayuda de Seungmin que los esperaba al final de bosque, lograron llegar sanos y salvos a la casa de la madre de Chan al amanecer. Hyunjin había podido reconocer el camino sin problemas a pesar de la oscuridad y el miedo de que los estuvieran siguiendo, siendo recibidos por un confundido y asustado Jeongin que apenas despertaba.
La madre de Chan les había conseguido cobijas y preparado té para que ya tranquilos pudieran hablar de lo que había pasado. Seungmin relataría lo sucedido esa vez, pues era quien había presenciado la imagen en mucha más totalidad.
Los guardias habían comenzado a agruparse luego de que un fuerte grito por parte del rey se escuchara por todo el castillo, las palabras habían sido poco descifrables pero la furia descontrolada en su voz no podía indicar nada bueno. Fue Chan quien había llegado a ellos primero, y les entregó las instrucciones para que pudieran ayudar al par de enamorados escondidos en el bosque.
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La Douleur Exquise | 𝑯𝒀𝑼𝑵𝑳𝑰𝑿
Romance❝La audiencia gritaba de emoción, los príncipes aumentaban su ego, los reyes aplaudían el espectáculo, pero el pequeño príncipe parecía confundido. No entendía por qué su mejor amigo, Hwang Hyunjin, siendo solo un plebeyo, se encontraba entre los co...