º𝑴𝒊 ú𝒏𝒊𝒄𝒐 𝒉𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐º (𝑹𝒂𝒚𝒙𝑻ú)

☆ VIII ☆

~ Te recomiendo escuchar la canción del opening de The Promised Neverland mientras lees o alguna cancion que te guste, si no queres hacerlo no es obligatorio, solo es una opción, que disfrutes la lectura ^^ ~

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> - ¿Por qué gritan mis queridos niños? - una silueta se dibujó en la oscuridad <

- Por nada, estábamos hablando y a veces no coincidimos con las mismas ideas - respondió Norman y te miró con odio.

- ¡Oh, asi que es por eso! Yo creo que es algo más...- dijo rebelándose Isabella.

- No es nada más - dijiste con una sonrisa.

- ¿En serio ___? - acto seguido Madre agarró del cuello a Ray y tu sonrisa se borró automáticamente.

- ¡Soltalo mamá! - dijo Emma que seguía en el piso.

- Si ustedes me dicen que esta pasando yo lo suelto, si no... - Isabella apretó más fuerte el cuello de Ray en señal de que nos apuremos, el pelinegro se estremecía de dolor.

- Okey, okey, te vamos a contar - dijiste por fin, no aguantabas verlo así.

- Muy bien, empiecen - dijo satisfecha Isabella.

Tú contaste todo lo más rápido que pudiste para evitar que tu amor platónico se quede sin aire. Dijiste que sabías lo de los demonios y que no eras un remplazo. Te habías prometido que no contarías nada más, pero era una cuestión de vida o muerte, en este caso la de Ray, no podías permitir que muriera enfrente de tus ojos.

Cuando terminaste, Isabella sonrió y soltó al pelinegro haciendo que se caiga de rodillas. Se dio media vuelta y caminó por el pasillo. Pensaste que haría algo peor, como "enviarte" inmediatamente, aunque no estabas tranquila en lo más mínimo.

Cuando se fue completamente ayudaste al pelinegro a levantarse y le dijiste a Norman que ayude a Emma y que tú llevarías a Ray a la enfermería. Cuando llegaron lo ayudaste a acostarse y le llevaste un té de manzanilla. Sabías que era una exageración pero querías que este lo mejor posible.

- Gracias por el té, pero no era necesario, ya estoy mejor - dijo cuando le entregaste la taza y él la dejo en la mesa de luz.

- Te estaban ahorcando Ray, no podes estar mejor de un minuto al otro, te tenes que quedar por lo menos media hora en cama - lo miraste - ¿queres que te traiga un libro? -.

- No gracias, estoy bien, por lo menos si tengo que estar acá quiero charlar con alguien - revoleó los ojos.

- Bueno, podes hablar conmigo si queres - recordaste que quería información sobre vos y tal vez hablando la saque, pero no te importo.

Estuvieron hablando de muchas cosas. De los niños de Grace Field, de los objetos del mundo humano, de películas, de los premios que él recibió a lo largo de los años, de libros que leíste, de libros que leyó él y muchas cosas más.

Cuando miraste el reloj habían pasado 2 horas y le dijiste que ya podía irse a hacer lo que quiera, pero te dijo que quería hablar más. Hablaron del tema en el que se quedaron y pasaron 15 minutos.

Volviste a insistir en que se podía ir y te volvió a repetir que no. Te acercaste a él y le pusiste la mano en la frente. Todo en orden.

Él cerro los ojos cuando posicionaste tu mano y sonrió, vos estabas nerviosa y sonrojada. Te sentaste al costado de la cama y mantuvieron contacto visual, entonces, el dijo:

- ¿Por qué me interesas tanto?

Vos te sonrojaste más y el también. Se miraron unos segundos y de un momento a otro se sentó en la cama rápidamente. Y lentamente llevó sus labios a los tuyos. Ya se estaban besando.

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