一"𝑀𝑖𝑛ℎ𝑜 𝑑𝑖𝑐𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑝𝑎𝑡𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑦𝑜 𝑛𝑜 𝑙𝑒 𝑐𝑟𝑒𝑜".
Un día como cualquiera, Jisung Manuel se tropieza con un chamo que hablándote claro, está burda de papi. Pero lo que el carajito no sabe, es que junto a él, se meterá...
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Se encontraba parado en un sitio de mala muerte que ni idea, todo estaba cubierto por una fina capa de neblina que perturbaba su visión, que de por si no era tan buena y hablándote claro, ya estaba empezándose a cagar porque no reconocía el sitio en donde estaba.
—No y pa' colmo pingue frío que está haciendo vale—habló para sí mismo Jisung Manuel envolviéndose con los brazos.
Empezó a caminar entre esa neblina, echando un rezo pa' que no le pegara la jeta a un poste porque no veía era nada, o peor, pa' que no lo robaran o lo desvirgaran ahí mismito. En una de esas notó como la neblina se disipaba en cierto punto, dejando ver una puerta de madera color chavista, se lo pensó un rato, ¿y si pasaba? Estaba era muriéndose del frío, nada perdía pa' pedir un cafecito poraí.
—¡BUEEEENAAAAASSS! —gritó poniendo la voz chillona, así como la de Jeongin.
La puerta se abrió de par en par, dejando ver un extenso pasillo cubierto por una alfombra roja que llegaba hasta sus pies.
—Que sea lo que el de arriba quiera—susurró adentrándose en aquel sitio.
De repente las puertas se cerraron solas y ahí si Jisung hizo honor a su nombre malandroso J. One por tremendo rapeo que se lanzó del padre nuestro hasta en ruso.
Decir que 'taba más cagao' que Maduro en cadena nacional cuando un dron llegó a tirar piedras, era poco.
De repente sintió una mano sobre su hombro y al voltearse se topó con ni más ni menos que una mariposa con la cara de papi Chávez viéndole con cara del sádico del bosque.
—¡¿Papi Chávez?!
—¡Te caché echándole los ojos a Minho, perrito! —dijo con aquella voz que causaba escalofríos por todo su cuerpo.
—¿Q-quien te dijo eso?
—Disimula care' mula—dijo aquella mariposa volando a un lado del joven—'tas cla' que el carajito te mueve el piso.
—A mí no me gusta Minho, güevón.
—¿Seguro? —inquirió el invento fallido del área 51 con cara de político muerto acercándose más a él.
—¡Y-ya! —que fue, Jisung estaba era cagao e' bolas—¡coño!, no me gusta, de bolas que no, es bonito, es verda' pero hasta ahí pues.
—¿Y por qué tanto lio con la jeva de él?, si te cae mal brujéala y ya, en Miraflores creo que todavía quedan un poquito de cenizas de Simón, ay, Simón vale —indagó agitando sus alitas de las cuales emergían cifras monetarias del dólar.
—Bueno, solo me cae medio mal y ya, tampoco la voy a brujear.
—¿No será que le quieres soplar el bistec a María Julia?
—No...
—Bueno, te dejaré quieto entonces compatriota, pero le voy a decir una vaina, a mí me huele a amor lindo, así tipo el de Cilia Noona y Maduro Oppa, yo digo que si te gusta, le des chola, rellénale ese pan con tu salchicha, o él a ti, no sé, pero el punto, él te necesita, más de lo que crees.
