VII

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Las vacaciones de Navidad llegaron y para celebrar que los tres amigos habían aprobado todas las asignaturas, organizaron una fiesta de pijamas esa misma noche en casa de Nyoko.

Las vacaciones de Navidad llegaron y para celebrar que los tres amigos habían aprobado todas las asignaturas, organizaron una fiesta de pijamas esa misma noche en casa de Nyoko

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El trío de amigos se encontraba en la habitación de la menor.

Rin trenzaba el sedoso cabello de Angella, mientras que Nyoko se dedicaba a pintarle las uñas con un esmalte que había encontrado de su madre.

De repente, Rin suspiró.

–¿Sabes? Me da mal rollo entrar en tu habitación, Nyoko.

–¿Eh? –preguntó extrañada–. ¿Por qué?

–Tienes todas las paredes envueltas en tus dibujos yaoi. Eso incomoda a cualquier chico que entre y yo no soy una excepción.

La pelirroja dejó de pintar las uñas de Angella y estalló en carcajadas.

–¡Pero si el yaoi es lo mejor! Y a ti también te gusta, no mientas.

–¡No me gusta!

–¡Sí te gusta!

Angella rió suavemente al ver a sus amigos discutir. De repente, un mensaje llegó al teléfono de la chica. En cuanto vio de quién era, una sonrisa se instaló en sus labios.

Hola.

¿Cómo estás?

¿Has suspendido alguna asignatura? Espero que no.

Con cuidado de no estropear sus uñas recién pintadas por Nyoko, cogió el teléfono y empezó a escribir.

¡Buenas tardes Todoroki-kun!

Estoy bien, gracias. Ahora mismo estoy con Nyoko y Rin.

Y no he suspendido ninguna asignatura. Gracias por preguntar.

Aunque haya faltado algunos días me las he apañado.

¿Y a tí? ¿Cómo te ha ido?


Bastante bien, aunque literatura no me ha salido tan bien.

Es porque siempre te observo cuando tienes gimnasia.

Angella se sonrojó a más no poder y se llevó una mano a su pecho, el cual le empezaba a doler bastante.

–Oye, Angie-chan, ¿a qué Rin sería un uke? –preguntó la pelirroja.

Las mejillas del chico se tiñeron de un pálido rosa.

–¡Que no soy uke! Deja de hablarme de yaoi de una vez.

–¿Angella te encuentras bien? –preguntó de repente Nyoko al ver que su amiga estaba en ese estado.

–Sí, estoy bien.

𝙎𝙄𝙀𝙈𝙋𝙍𝙀 𝙏𝙀 𝙇𝙇𝙀𝙑𝘼𝙍𝙀 𝙀𝙉 𝙀𝙇 𝘾𝙊𝙍𝘼𝙕𝙊𝙉 - 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora