Angella Light estudia en la prestigiosa escuela Yūei, de donde se graduaron grandes empresarios, políticos y médicos.
Allí conoce a un chico bastante peculiar, Todoroki Shōto, quien se gana su cariño y empieza a sentir algo por él.
Pero enamorarse d...
Apresurada, recorría los pasillos del prestigioso instituto Yūei sin mirar a su alrededor. Un sórdido dolor comenzó a expandirse por su pecho, pero ella lo ignoró, en su mente sólo aparecía la idea de que si llegaba tarde, su profesor la regañaría.
De repente chocó con alguien y del impacto, cayó al suelo esparciendo todos sus libros por él. El dolor de pecho incrementó y Angella soltó un leve quejido.
-Lo siento mucho -dijo la chica desde el suelo, acompañado de una leve reverencia, para después empezar a recoger los libros.
La persona con la que había chocado la ayudó con los libros y se los tendió.
-No te preocupes. Ibas con prisa, ¿no?
Angella alzó la vista y se cruzó con unos ojos heterocromáticos que pertenecían a un chico bastante peculiar.
-Sí, muchísimas gracias -añadió con otra reverencia.
Recogió los libros que el chico le tendía y emprendió de nuevo el camino a su aula.
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Shōto se aburría en clase de literatura. El profesor Ishiyama era bueno explicando, pero se le hacía muy aburrido estudiar los E-hon del Período Meiji. Apoyó su cabeza en la mano y desvío su mirada hacia la ventana de su izquierda.
Unos alumnos se encontraban en clase de gimnasia a esa hora. Le llamó la atención que uno de los alumnos se quedaba rezagado.
Enfocó la vista y se percató de que una chica de cabellos rubio platino se sentaba en las gradas cerca de la pista de atletismo. Se le hacía conocida, pero no lograba ubicar su rostro. De pronto, sintió unos toquecitos en el brazo. Se giró y se encontró con Yaoyorozu, que señalaba con la mirada a su profesor.
Al parecer, Ishiyama le llamó y no se enteró por qué estaba distraído.
-Todoroki, ¿podrías leer el texto de la página doscientos cuarenta y tres?
-Sí -contestó poniéndose en pie para comenzar a leer.
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