IV

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–¡Qué alegría! –exclamó Haru, la madre de Nyoko–. Entonces te quedarás a dormir, ¿no?

Era una mujer bastante bajita, con el pelo marrón con reflejos pelirrojos y ojos azul verdoso. Era la dueña de la mayor empresa de juguetes de toda Japón y por ende, tenía dinero.

Angella sonrió y asintió con la cabeza. Haru, sin contenerse más abrazo a la chica con todas sus fuerzas, eso sí, sin dañarla.

–Hoy haré curry, ¿te parece bien, Angella?

–Claro.

A Angella le encantaba ir a la casa de los Nakamura. El hogar de Nyoko siempre desprendía un ambiente familiar muy acogedor. Todos se amaban, todos estaban unidos. No como en la suya.

Además, consideraba a Haru como a una segunda madre. Siempre había sido muy amable y generosa con ella y la quería como a otra hija. Cuando necesitaba hospedarse en su hogar, ella siempre la acogía con una sonrisa.

–¡Bien! –sonrió–. Id a darse un baño. Yo haré la cena y Shiro se encargará de poner la mesa. Cuando terminemos, fregais la vajilla, ¿sí?

–Sí mamá –respondió la pelirroja, para después coger de la mano a Angella y subir las escaleras.

–Sí mamá –respondió la pelirroja, para después coger de la mano a Angella y subir las escaleras

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–¿Cómo conociste a Bakugō? –preguntó Angella a su amiga.

Las dos se daban un relajante baño caliente. Era comienzos de noviembre y apetecía. Pronto empezaría a nevar.

–Desde la secundaria –respondió–. Iba al mismo instituto que yo. Cuando me hice amiga de Izu-chan, me lo presentó como su amigo de la infancia.

–Ya veo.

–Y aunque era un año mayor que yo, nos hicimos amigos enseguida. Llegué a encariñarme tanto con él que me enamoré.

–¿Y qué pasó? –preguntó con curiosidad.

–Cuando me declaré, me dijo que era gay. Ahora tiene novio, Kirishima, creo que se llama.

–Has leído muchos mangas yaoi –rió Angella.

–Sí, llevo leyendo yaoi desde que tengo uso de razón. Incluso cuando nací mi madre le dijo a mi padre: "¡Ya nos ha salido fujoshi la niña!"

Las dos empezaron a reír por el comentario de la menor, hasta que oyeron a la madre de esta.

–¡Chicas! ¡Terminad ya, la comida está casi lista!

–¡Ya vamos mamá!

–¡Ya vamos mamá!

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𝙎𝙄𝙀𝙈𝙋𝙍𝙀 𝙏𝙀 𝙇𝙇𝙀𝙑𝘼𝙍𝙀 𝙀𝙉 𝙀𝙇 𝘾𝙊𝙍𝘼𝙕𝙊𝙉 - 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙤 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora