El heredero de Slytherin

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Capítulo 16

Andrea iba poco a poco recuperando la conciencia, oía voces lejanas a su alrededor que le resultaban conocidas. Aunque Andrea era incapaz de identificarlas lentamente era capaz de oírlas con más claridad. Le zumbaban los oídos, y el dolor en la nuca continuaba molestándola. Su cerebro no funcionaba bien.

Abrió los ojos lo suficiente para ver que había poca luz en el lugar en el que estaba. Los cerró de nuevo cansada. Podía sentir sus manos amarradas a algo de tacto duro y rugoso. Su túnica estaba húmeda y fría.

De nuevo hizo un esfuerzo y abrió los ojos cuanto pudo. Una luz roja iluminaba la estancia. Andrea parpadeó varias veces confundida. No era una luz, eran letras.

SOY LORD VOLDEMORT

Eso pareció reactivar su cerebro, sin poder evitar pensar quien narices podía estar escribiendo que era el mismo Voldemort.

Sacudió su cabeza y observó su alrededor pesadamente. El cuello le dolía de haber estado tanto tiempo con la cabeza en la misma posición.

Ginny estaba tirada a su lado sobre el suelo mojado. Tenía un aspecto horrible. La cara lívida y los labios sin color, parecía... muerta.

Andrea se estremeció en su sitio y apartó la vista rápidamente. Delante del cuerpo de la chica había un chico alto con el pelo de color azabache y la mandíbula perfilada. Vestía una túnica verde con el escudo de Slytherin. Apuntaba al resplandor rojo con una varita igual a la de Harry.

Andrea volvió a mirar a la varita. No era igual que la de Harry, era la de Harry...Pero entonces donde estaba.

Y entonces le vio, a su lado, apoyado en el suelo Harry miraba al chico con una mezcla de terror y confusión en su cara. No parecía herido aparte de estar cubierto de polvo. Andrea se dio cuenta de que el chico desconocido estaba hablando. Con un gran esfuerzo consiguió centrarse y ser capaz de entender lo que decía.

—... ¿Crees que iba a usar siempre mi sucio nombre muggle? ¿Yo, que soy descendiente del mismísimo Salazar Slytherin, por parte de madre? ¿Conservar yo el nombre de un vulgar muggle que me abandonó antes de que yo naciera, sólo porque se enteró de que su mujer era bruja? No, Harry. Me di un nuevo nombre, un nombre que sabía que un día temerían pronunciar todos los magos, ¡cuando yo llegara a ser el hechicero más grande del mundo!

A Harry pareció bloqueársele el cerebro. Miraba como atontado a Ryddle, al huérfano que se convirtió en el asesino de sus padres, y de otra mucha gente... Al final hizo un esfuerzo por hablar.

—No lo eres —dijo. Su voz aparentemente calmada estaba llena de odio.

—¿No soy qué? —preguntó Ryddle bruscamente.

—No eres el hechicero más grande del mundo —dijo Harry, con la respiración agitada—. Lamento decepcionarte, pero el mejor mago del mundo es Albus Dumbledore. Todos lo dicen. Ni siquiera cuando eras fuerte te atreviste a apoderarte de Hogwarts. Dumbledore te descubrió cuando estabas en el colegio y todavía le tienes miedo, te escondas donde te escondas.

De la cara de Ryddle había desaparecido la sonrisa, y había ocupado su lugar una mirada de desprecio absoluto.

—¡A Dumbledore lo han echado del castillo gracias a mi simple recuerdo! —dijo Ryddle, irritado.

—No está tan lejos como crees —replicó Harry.

Hablaba casi sin pensar, con la intención de asustar a Ryddle y deseando, más que creyendo, que lo que afirmaba fuese verdad.

Andrea Bletchley y la cámara de los secretos ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora