Capítulo 2
Viajaran pasando por encima de pueblecitos iluminados que dormían, largos campos verdes y enormes ciudades brillantes. Al cabo de un buen rato y de un intento de jugar al "veo, veo" en la oscuridad llegaron a su destino, Privet Drive, una deprimente urbanización en la que todas las casas eran exactamente iguales.
Al rodear la casa, localizaron la habitación de Harry al ver que era la única que tenía barrotes en la ventana. Detrás de la ventana vieron a Harry durmiendo en la cama.
Fred dejó el coche flotando al lado de aquella ventana, Andrea abrió la puerta del coche y con cuidado saltó a la repisa de la ventana. Ron se asomó a su lado.
Juntos comenzaron a golpear la ventana incrementando la fuerza poco a poco. Harry se removía en sueños, pero no parecía despertarse. Ron golpeó con fuerza el cristal y Harry abrió los ojos sobresaltado.
—¡Andrea! ¡Ron! —exclamó Harry, encaramándose a la ventana y abriéndola para poder hablar con ellos a través de la reja—. ¿cómo habéis logrado...? ¿Qué...?
Harry se quedó boquiabierto al darse cuenta de lo que veía. Solo Andrea estaba sobre la repisa de la ventana, Ron sacaba la cabeza por la ventanilla trasera de un viejo coche de color azul turquesa que estaba detenido. Sonriendo a Harry desde los asientos delanteros, estaban Fred y George.
—¿Todo bien, Harry?
—¿Qué ha pasado? —preguntó Ron—. ¿Por qué no has contestado a mis cartas? Te he pedido unas doce veces que vinieras a mi casa a pasar unos días, y luego mi padre vino un día diciendo que te habían enviado un apercibimiento oficial por utilizar la magia delante de los muggles.
—No fui yo. Pero ¿cómo se enteró?
—Trabaja en el Ministerio —contestó Ron—. Sabes que no podemos hacer ningún conjuro fuera del colegio.
—¡Tiene gracia que tú me lo digas! —repuso Harry, echando un vistazo al coche flotante.
—¡Esto no cuenta! —explicó Ron—. Sólo lo hemos cogido prestado. Es de mi padre, nosotros no lo hemos encantado. Pero hacer magia delante de esos muggles con los que vives...
—No he sido yo, ya te lo he dicho..., pero es demasiado largo para explicarlo ahora. Mira, puedes decir en Hogwarts que los Dursley me tienen encerrado y que no podré volver al colegio, y está claro que no puedo utilizar la magia para escapar de aquí, porque el ministro pensaría que es la segunda vez que utilizo conjuros en tres días, de forma que...
—Deja de decir tonterías —dijo Andrea—. Hemos venido para llevarte con nosotros.
—Pero tampoco vosotros podéis utilizar la magia para sacarme...
—No la necesitamos —repuso Ron, señalando con la cabeza hacia los asientos delanteros y sonriendo—. Recuerda a quién hemos traído con nosotros.
—Ata esto a la reja —dijo Fred, arrojándole un cabo de cuerda mientras Andrea volvía a saltar al coche.
—Si los Dursley se despiertan, me matan —comentó Harry, atando la soga a uno de los barrotes. Fred aceleró el coche.
—No te preocupes —dijo Fred— y apártate.
Harry se retiró al fondo de la habitación mientras Fred manejaba el coche. El coche aceleró más y más, y de pronto, con un sonoro crujido, la reja se desprendió limpiamente de la ventana mientras el coche salía volando hacia el cielo. Harry corrió a la ventana y vio que la reja había quedado colgando a sólo un metro del suelo.
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Andrea Bletchley y la cámara de los secretos ☆
FanfictionDespués de haber superado su primer año con éxito, Andrea se prepara para volver a Hogwarts de nuevo. Una cosa tiene claro, va a matar a Harry en cuanto lo vea por no haberle enviado ninguna carta en todo el verano. //Segundo libro de la saga //GOLD...