Capítulo 5
Al día siguiente, las cosas fueron de mal en peor desde el desayuno en el Gran Salón, sobre todo para Harry y Ron. Bajo el techo encantado, que aquel día estaba de un triste color gris, las cuatro grandes mesas correspondientes a las cuatro casas estaban repletas de soperas con gachas de avena, fuentes de arenques ahumados, montones de tostadas y platos con huevos y beicon.
Andrea bajó al comedor junto a Hermione que iba tan distraída con su libro que Andrea tuvo que evitar que chocara repetidas veces. Se sentó al lado de Neville y comenzó a comerse una tostada cuando Harry y Ron se sentaron en la mesa de Gryffindor junto a ella.
Hermione que tenía su ejemplar de Viajes con los vampiros abierto y apoyado contra una taza de leche no levantó la vista cuando se levantaron.
—Buenos días—dijo Hermione con frialdad.
Andrea y Neville Longbottom, por el contrario, los saludaron alegremente. Neville era un muchacho de cara redonda, propenso a los accidentes, y era la persona con peor memoria de entre todas las que Andrea había conocido nunca.
—El correo llegará en cualquier momento —comentó Neville—; supongo que mi abuela me enviará las cosas que me he olvidado.
Efectivamente, Harry acababa de empezar sus gachas de avena cuando un centenar de lechuzas penetraron con gran estrépito en la sala, volando sobre sus cabezas, dando vueltas por la estancia y dejando caer cartas y paquetes sobre la alborotada multitud. Un gran paquete de forma irregular rebotó en la cabeza de Neville, y un segundo después, una cosa gris cayó sobre la taza de Hermione, salpicándolos a todos de leche y plumas.
—¡Errol! —dijo Ron, sacando por las patas a la empapada lechuza. Errol se desplomó, sin sentido, sobre la mesa, con las patas hacia arriba y un sobre rojo y mojado en el pico.
—¡No...! —exclamó Ron.
Andrea miró el sobre asustada y se apartó un poco de la mesa.
—No te preocupes, no está muerto —dijo Hermione, tocando a Errol con la punta del dedo.
—No es por eso... sino por esto.
Ron señalaba el sobre rojo. A Harry no le parecía que tuviera nada de particular, pero Andrea, Ron y Neville lo miraban como si pudiera estallar en cualquier momento.
—¿Qué pasa? —preguntó Harry.
—Me han enviado un vociferador—dijo Ron con un hilo de voz.
—Será mejor que lo abras, Ron —dijo Neville, en un tímido susurro—. Si no lo hicieras, sería peor. Mi abuela una vez me envió uno, pero no lo abrí y... —tragó saliva— fue horrible.
Harry contempló los rostros aterrorizados y luego el sobre rojo.
—¿Qué es un vociferador? —dijo.
Pero Ron fijaba toda su atención en la carta, que había empezado a humear por las esquinas. Andrea le contestó.
—¿Recuerdas la carta que le mandé a los gemelos el año pasado? —le preguntó Andrea a Harry, este asintió sin comprender—pues este va a ser peor...
—Ábrela —urgió Neville—. Será cuestión de unos minutos.
Ron alargó una mano temblorosa, le quitó a Errol el sobre del pico con mucho cuidado y lo abrió. Andrea y Neville se taparon los oídos con los dedos. Harry no comprendió por qué lo había hecho hasta una fracción de segundo después. Por un momento, creyó que el sobre había estallado; en el salón se oyó un bramido tan potente que desprendió polvo del techo.
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Andrea Bletchley y la cámara de los secretos ☆
FanfikceDespués de haber superado su primer año con éxito, Andrea se prepara para volver a Hogwarts de nuevo. Una cosa tiene claro, va a matar a Harry en cuanto lo vea por no haberle enviado ninguna carta en todo el verano. //Segundo libro de la saga //GOLD...