Capítulo III: Newt

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Capítulo III
Newt

     ESTABA ANOCHECIENDO Y PRONTO teníamos que ir a dormir. A la mañana siguiente se supone que tendrían que decirme en que puesto quedé. La verdad había algo dentro de mi que quería quedarse con Newt pero también quería ser corredora, explorar el laberinto y encontrar una salida.

—Hola, Iris —Minho llegó a mi lado y se colocó en el tronco del otro árbol que estaba aún lado de mi—. Newt —al escuchar ese nombre rodé los ojos y el lo notó—. Newt me dijo sobre lo que quieres, ser una corredora.

—Si, y solo se la pasa burlándose.

—Lo que dice es cierto.

—¿Burlarse?

—No, no me refiero a eso —se colocó a mi lado—. Hay criaturas peligrosas en el laberinto y, sinceramente no creo que salgas viva de allí.

—Los penitentes salen de noche, ¿por qué dices eso? Seguramente Newt te mandó a decirme todo ésto —bufé y comencé a caminar dejándolo atrás.

—Cuando te encontré tenías esto —paré en seco, giré sobre mis talones y en su mano izquierda tenía un collar en forma de un corazón—. Ben no lo notó, pero yo sí. Lo tenías en tu mano, como si estuvieras aferrada a el —caminé hacía él y tomé el collar, detrás tenía dos letras "S" y "B".

—¿S y B?

—Es raro, ¿no?

—¿No tenía nada más? —pregunté sin mirarlo.

—No, solo eso. Iris, no encuentro una razón de el por qué te dejaron en medio del laberinto, es como si te quisieran eliminar.

—¿Pero quién?

—Quien sea que no haya puesto aquí.

—¡Hey, ya deben dormir! —a lo lejos se escuchó el grito de Chuck.

—No le digas a nadie sobre el collar —pidió Minho.

Se comenzó a alejar de mi para ir a las hamacas en donde dormíamos. El collar lo guardé en mi bolsillo del pantalón. Seguí su paso y la mayoría ya estaban acomodándose o durmiendo. Cuando me acerqué a una hamaca para acomodarme, alguien me detuvo, ese alguien era Newt. Con su mirada me señaló una cabaña que estaba ahí, me tomó de la mano y me llevó a esta, no me resistí.
Al llegar a esta, abrió la puerta y entramos. Era una cabaña grande y cómoda.

—¿Qué es esto? —pregunté mirándolo.

—Es para ti.

—¿Cómo?

—Insistí para que te dieran un cuarto sola y no estés con esos larchos.

—Newt, no quiero tener privilegios.

—No lo es, solo quiero que estés segura.

—¿Por qué te preocupas por mí?

—Me preocupo por todos. Descansa, mañana te dirán en dónde quédaste.

—¿Un adelanto?

—Descansa —giró y caminó hacía la salida.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐞 𝐑𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫: 𝐂𝐨𝐫𝐫𝐞𝐫 𝐨 𝐌𝐨𝐫𝐢𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora