Capítulo V: La picadura

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Capítulo V
La picadura

     ENTRÉ A LA CABAÑA Y LO PRIMERO que hice fue agarrarme la cabeza. Tenía que aclarar ideas y ponerlas en orden. Mis pensamientos fueron interrumpidos por un ruido. Era alguien llamado a la puerta con tranquilidad.

—¿Quién es? —interrogué algo alterada.

—Soy Newt —suspiré fuerte, abrí la puerta y lo dejé pasar—. ¿Pasa algo?

—Nada.

—Parecías confundida.

—¿A qué vienes Newt? —pregunté.

Al mirar su cara me di cuenta que no me escuché agradable. Ladeó la cabeza y supe que probablemente lo había ofendido con mi tono de voz. Cruzó sus brazos.

—Solo quería aseciorarme de que estuvieras bien.

—Lo siento... es que, al escuchar su nombre me quedé más confundida

—¿Por qué?

Dudaba en contarle o no, ¿pero que perdía?. Caminé hacía la salida y verifiqué que nadie viniera, cerré la puerta y me coloqué frente a él. Su rostro era de curiosidad.

—Tuve una especie de sueño, en donde yo hablaba con un tal Thomas —éste me miró confundido—. No se si sea el mismo Thomas, pero y si lo es, ¿cómo lo conozco? O... ¿qué somos?

—¿Cuántos sueños has tenido?

—No lo se, mínimo 3 a la semana.

—¿Y no le habías dicho nada a nadie?

—No lo iba a hacer, y eres el primero así que cierra la boca.

—Parece que la timidez y el odio se fue.

—¿Quieres qué te vuelva a odiar? Por que puedo hacerlo.

—Prefiero que no... pero, quiero que hablamos de eso.

—¿Ahora sí, Newt? —crucé de brazos—, por que recuerdo que no querías ni siquiera mirarme.

—Solo hablemos, ¿si?.

—Okay, pero yo primero. Antes que nada no quiero que pienses que estoy loca apresurada, el beso simplemente se dió, ni siquiera lo tenía planeado— comencé a hablar con rapidez —pero Sartén me hizo darme cuenta de algo.

—¿Sartén?

—Si, es un buen consejero —dije—. Pero me di cuenta de que todo este tiempo te has preocupado por mi y en verdad lo agradezco por...

Antes de que siguiera hablando como cacatúa, Newt había juntado sus labios con los míos, ambos estábamos moviendo nuestros labios al compás, incluso encajaban perfectamente. Subí mis manos a su cabello y jugué con el mientras que una de sus manos viajaban por mi rostro y la otra en mi cintura. Inconscientemente no me había dado cuenta de lo mucho que necesitaba hablar con el, besarlo, aunque sólo lo había echo una vez, pero había sido suficiente para confirmar que...

—¿Newt?

—¿Mmm?

—Me gustas —confesé separándome de él.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐳𝐞 𝐑𝐮𝐧𝐧𝐞𝐫: 𝐂𝐨𝐫𝐫𝐞𝐫 𝐨 𝐌𝐨𝐫𝐢𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora