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Cuando logré tranquilizarme, le conté todo a las chicas. Estuve en los brazos de Momo durante toda la charla, lo que me ayudó a sobrellevar todos mis malos recuerdos.

— Dubu, creo que tus papás sólo necesitan tiempo. Ellos te aman — me dijo Sana en un intento de hacerme sentir mejor —. No creo que hayan pensado con claridad en ese momento.

— Estoy de acuerdo con Sana — habló Nayeon esta vez —. Tus papás sólo necesitan procesar todo.

Asentí con una sonrisa por sus palabras y les agradecí.

Momo se mantuvo en silencio, y parecía estar pérdida en sus pensamientos.

— ¿Qué les parece salir a cenar? — Preguntó Sana con un sorprendente entusiasmo. Nayeon estuvo de acuerdo enseguida.

Aunque sabía que las chicas querían hacerme sentir mejor, no tenía ni la menor intención de salir de casa.

— Sí no les molesta, quiero quedarme aquí — dije —. Pero ustedes pueden ir, sin problema.

Momo negó.

— Me quedaré contigo — dijo con seguridad, su tono me hizo saber que no lograría convencerla de lo contrario.

— Esta bien. Nayeon y yo iremos por la cena, mientras ustedes se quedan aquí, pero cenaremos juntas ¿entendido? — Sana preguntó. Todas estuvimos de acuerdo.

— Sana y yo tardaremos mucho, así que siéntase libres que hacer lo que quieran — dijo Nayeon con una sonrisa cómplice mientras nos miraba a Momo y a mí.

Su expresión me hizo reír. Sin duda no existía nada que Nayeon y Sana no pudieran arreglar.

Cuando Momo y yo nos quedamos solas, el silencio lleno el departamento.

— ¿Por qué estás tan callada? — Le pregunté a Momo.

— Por nada — contestó, sin embargo, ella no podía mentirme.

— No te creo, dime — le dije mientras acercaba mi rostro al suyo.

Ella soltó un fuerte suspiro y se alejó de mí. Sus brazos soltaron mi cintura, y se acomodó a un lado. Su actitud me tomó por sorpresa.

— ¿Qué sucede Momo? — Le volví a preguntar con un tono más serio.

— Es sólo que... Te estoy causando muchos problemas, y eso me hace sentir triste, no quiero que pelees con tus papás por mi culpa.

Sus palabras me dejaron pasmada.

¿De verdad ella se siente culpable?

— No — fue lo único que pude decirle. Sujete su rostro con la palma de mi mano —. Escucha bien esto, tú no tienes la culpa de nada — le dije con seguridad.

Sus ojos brillaron. Ella se estaba conteniendo para no llorar.

— Sí no estuviera contigo, tus padres no estarían molestos, y no te hubiesen dicho todas esas cosas horribles.

Negué y la miré con seriedad.

— Momo, no tienes la culpa de nada — le repetí —. Nosotras no estamos haciendo nada malo, y nuestra relación tampoco está mal —. Ella asintió estando de acuerdo con lo que había dicho —. Escucha, te amo, y no quiero que te sientas mal por eso.

Ella volvió a afirmar, sin embargo noté cierto sentido de culpa en ella.

Esta vez fui yo la que envolví mis brazos en su cintura y dejé un suave beso en una de sus mejillas.

Really Really ↠DahmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora