Tenporada 2/Capitulo 3

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Después de haber pasado toda la tarde noche con Max se ofreció a llevarme a casa, pero claramente tenía que volver con el coche de Peter. A la vuelta estuve pensando en lo bien que me lo había pasado y en lo genial que era el, pero nose porque no me sentía bien con esta cosa, me sentía como si estuviese traicionando a alguien. Aparté la vista de la carretera unos segundos, lo justa para cambiar la emisora de la radio. Al devolverla a la carretera, la figura de un hombre se hizo presencia en medio de la vía. Rápidamente pisé el freno, pero cuando el coche paró ya no estaba. Apoyé la cabeza en el respaldo del asiento y tiré un golpe al volante.
-Oye, trata bien mi coche- dijo abriendo la puerta y acomodándose en el asiento del co-piloto.
-Eres un imbecil, no puedes hacer estas cosas- lo miré de mala manera y le tiré un golpe al brazo.
- Y tú tienes que mantener la vista en la carretera- sonrió con su habitual rostro arrogante y agarró mi puño- tienes que darte una muy buena ducha, apestas a niñato con hormonas disparatadas.
Después de la entretenida charla en el coche, puse en marcha el vehículo y volvimos de regreso al loft. Salí rápidamente del coche, tirándole las llaves a Peter y corrí hacia la puerta. Saludé a Derek con un rápido beso en la mejilla y después subí a mi habitación a darme un buen baño. Al cabo de una hora ya estábamos nuevamente los tres sentados en la mesa, listos para cenar.

-¿Como ha ido?- pregunta el joven Hale mirándome
-Pues genial, hasta que un subnormal se me paró en medio de la carretera- conteste sonriendo falsamente y mirando a Peter, el cual escupió una sonrisa sin levantar la mirada de su plato.

Terminamos de cenar, y Derek salió, dejándonos a mi y a Peter a recoger todo.

-Pues genial, el sale y nosotros limpiamos - resoplé dejando los platos en el fregadero, así para que Peter los lavara.
- Tú has estado fuera toda la tarde, así que no te quejes
- No me estoy quejando- dejé la ultimas cosas en el fregadero y después me senté en el mueble, Justo al lado de donde estaba el.
-Si que lo estás haciendo- respondió cogiendo un plato en la mano y empezando a lavarlo.
-Ay! Que linda te ves trapeando Esperanzita - me eché a reír agarrando nuevamente un vaso- pero te faltó esto- dejé el vaso en su sitio y después revolví el pelo del hombre.
-Como sigas lo haces tú, avisada quedas.

Seguimos hablando un rato de cómo había ido la tarde con Max, hasta que terminó de limpiar todo. Me encogí de hombros y lo miré, el se cruzó de brazos y me devolvió la mirada.

-¿Qué hacemos ahora? - le pregunté llevando mi pie hacia su abdomen.
-Tú no se, yo aprovecharé la luna llena para salir al bosque -dice bajando la mirada a mi pie, para después apartarlo- Y no, no vas a venir conmigo.
-Pero...- me interrumpió negando nuevamente y después salió de la cocina- pues sí que voy, por cojones vamos.

Me eché en el sofá, a la espera de que Peter saliera. Cuando lo hizo, esperé unos minutos para salir detrás de él. Al llegar abajo ya no estaba, come si se hubiese esfumado. Tras haber encontrado su rastro eché a correr en su dirección, disfrutando al máximo el momento de libertad, entre el estar sola corriendo y la fuerza de la luna llena.

YO SOLO OS DIGO, QUE PRONTO PASARÁN COSITAS JIJIJI. Un saludo chocho

Siempre tú-Peter Hale-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora