12. De compras.

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Narra Clara:

Alice ya había salido de casa y nosotros decidimos limpiar la casa y luego ir a comprar, sólo que Alex me había hecho perder tiempo discutiendo de sobre qué comprar primero.

-¡Alex!, te he dicho que comprar ropa es secundario, ¡primero la comida!- respondí por millonésima vez. Quería ropa y yo comida....- ¡Ya sé! tú vas por la ropa de los dos y yo por la comida. Luego elige un buen móvil para cada uno... y ya está.

-¿Podremos comprar ropa, dos móviles y comida con tres mil quinientos euros?-

-Claro que sí, sobrará, ve a un cyber y por internet compras los móviles, ya iremos a por ellos otro día.

-¡Eso me llevará horas!- protestó con voz de niño pequeño.

-Tan sólo media hora, luego ve a comprarte tu ropa, yo en ese tiempo ya habré comprado la mía y la comida. Ah, y asegúrate de que la ropa sea cómoda flexible y elegante, vivimos en el bosque.- le dí la mitad de todo- Compra los mismos móviles para todos, Alice también necesita.- él solo replicó un poco y luego accedió. Luego ambos fuimos a la ciudad.

Cuando llegamos, con nuestros mejores ropajes, nos dividimos: él para el cyber más cercano y yo para la tienda de ropa.

Pasé entre unas calles de la ciudad bien cuidadas, el aire allí se respiraba diferente, olía a contaminación. Pasé por una tienda de figuras decorativas, con un escaparate precioso, luego por una de ropa deportiva demasiado cara.... y al final de la calle encontré una zapatería, decidí entrar.

Por dentro era como respirar un bosque artificial, las estanterías eran de simple cristal y sobre ellas había desde zapatillas de casa, hasta las botas más provocativas.

Encontré unas deportivas camuflables, cómodas y silenciosas que eran perfectas para mí y cuando fui a pagarlas, unos zapatos negros de tacón y cuero, llamaron mi atención. Acabé comprando unos tacones y unas deportivas.

Narra Alex:

Estaba llegando al cyber gracias a las indicaciones de los ciudadanos. El ruido de los coches se hacía insoportable en mis orejas hasta que entré a aquella tienda.

Era una tienda informática con parte de cyber. Allí me creé una cuenta en una página de Internet y busqué una oferta de móviles. Haciendo cuentas, los 3 me costarían quinientos euros. Les dí para comprar, luego en aquella tienda les compré la funda: para Alice una floral, Clara una de lobo y yo una de gatos. Cuando terminé, me cité con los vendedores de los móviles. Uno en Madrid, otro en Lugo y otro en Barcelona. Al último lo cité en ese mismo rato: iría volando.

Me alcé al aire con unas alas de águila y volé rapidamente a pagar al primer chico por el móvil y asegurarme de que no le faltaba nada. Luego fui al segundo y al tercero de la misma manera. Fue agotador. En Madrid, que fui al último sitio que volé, compré tres targetas numéricas, con su pin y su puk y, finalmente, targetas de memoria de cuatro gigas.

Volví a casa de Alice a poner los móviles allí y cambiarme la ropa para ir a comprar lo que me quedaba.

Narra Clara:

Entré en una tienda de ropa y accesorios bastante barata. Pronto encontré dos chándal camuflables a juego con mis zapatillas, un cinturón, accesorios para el pelo, unos guantes de cuero negros y orquillas doradas con piedrecitas rojas.

Luego a parte de ropa necesaria, compré unos jeans oscuros, una camiseta negra con gatitos y ropa interior bonita. Por el frío del bosque compré una chaqueta fina negra brillante.

Me dí cuenta provándome ropa de que con todo lo sucedido había perdido peso. Me vi en un espejo la ropa, me quedaba perfecta.

Tomé un vestido de fiesta reservado y elegante por si lo necesitaba y pagué todo.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2016 ⏰

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