4. Lasaña y mis poderes.

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Al día siguiente de todo lo ocurrido asumí que mi gato era un chico a la vez, que ese chico era de mi raza, que vivía conmigo,  que ibamos juntos al instituto...

Me dieron el alta el domingo por la noche aunque tenía que cambiarme el vendaje cada día.  Me explicaron cómo y por fin pude ver mi frente.  Con lo de Alex y Rachel no había preguntado nada sobre qué me había hecho. Tenía unos cinco puntos justo en la raíz del pelo y algunos puntos pegados por medio de la frente. Sinceramente,  horrible.

En casa me encontré con mi cuarto ordenado y perfecto.  Mi madre parece se tomó la molestia para que yo no me esforzara demasiado. Preparé todo para el lunes y busqué alguna manera de taparme eso de mi frente.  Pensé en gorros, en clase no se pueden llevar,  la Sargento es capaz de hecharme de clase solo por negarme a quitármelo.  Y ella viene con unos taconazos que normal que cuando use zapatos bajos valla coja... en fin qué mas hay... mi pelo.

Mi pelo que yo lo veía genial así,  rubio ondulado no demasiado largo que combinaba con mis ojos... me haría un flequillo recto.

Sólo lo corto una vez, cuando ya esté crecido y pueda apartarlo, mi herida habrá cicatrizado.

Tristemente observé el pelo en el suelo. Mi nuevo look.

《Alex, ¿cómo estoy?》

《Te queda bien Clara, pero no importa, nadie a parte de mí se fijará y para mí siempre estás guapa》

Me sonrojé ante lo último hasta que pensé en la frase entera.

《No hacía falta recordar que somos unos marginados de mierda de los que se apartan, se acercan más a los drogadictos que a nosotros》

Alex se transformó y tomó cuerpo humano (en casa tenía que aparentar ser gato y si quería ser humano tendría que llamar y fingir ambos que visitaba etc) se acercó a mi oreja haciéndome sentir sin fuerza para moverme o apartarme y me habló con un tono ronroneado y bajito.

-Te ves muy guapa,  Clara- acto seguido besó mi mejilla y me sonrió algo rojo. No pude mantener su mirada ni decir nada.

-Mañana entrenaremos con tu magia por la tarde, le dices a tu madre que nos vamos a un parque y nos alejamos para practicar y nadie flipe.- Se esforzó al principio,  le quitó lo incómodo de todo lo anterior.

-Vale, le diré que te quedarás a comer ya que venimos en la misma parada de autobús y así seguro hace su lasaña especial.- puso una cara de adoración.

-¿La-lasaña-casera-que-todos-deberían-probar?-le miré con una cara de ''¿en serio?"-¿Qué?  Esa lasaña, los restos que dejan, estan espectaculares. Me muero por probar un plato entero.-sonreí por su entusiasmo.

-Está bien,  ahora le digo y en la comida le decimos que vamos a salir- me respondió con la cabeza.

Al momento, sus orejas se volvieron como las de un conejo, su cara parecida a un zorro. Escuchaba algo.

《Ponte con el teléfono,  viene tu madre cuando entre di: vale, adios》

Mientras lo decía iba convirtiéndose en gato y yo cogí el móvil. 

Tal y como lo predijo, mi madre entró y yo hice lo que dijo. Cuando hice el amago de colgar, sonó como si me llamaran. Rei nerviosa.

-Uy , hehehe, mi móvil está viejo ya... o me solicitan cada vez más... dime mamá ¿querías algo?- me miró confundida pero reaccionó ante mi pregunta.

-¿Con quien hablabas?- de verdad mi madre era cotilla...

-Era Alex, quería quedar para estudiar o hablar en un parque ésta vez a ver si teníamos suerte. Dijo que su parada de bus está antes de la mía,  podría bajar conmigo y quedarse a comer, le hablé de tu deliciosa lasaña...- mi madre alzó un brazo saltando como una niña pequeña.

Los 10 druidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora