3. Mi espíritu de la guardia y mi pareja druida.

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Fuimos andando a la biblioteca, estaba a media hora a paso rápido, entre bromas acabamos llegando algo tarde. Llamaría a mi madre para que nos lleve y demostrarle que tengo un amigo real.

Entramos en la biblioteca. Yo reía con Alex hasta que crucé la puerta. Me vino la imagen de mi mejor amiga con un vestido azul y su pelo castaño claro caía por sus hombros. Andábamos juntas en mi recuerdo buscando libros de animales para niños, junto nuestras madres.

Quise cojer el brazo de mi amiga, varios años más pequeña que yo en mi recuerdo pero se desvaneció. Luego apareció una chica muy parecida a ella,  más de mi edad delante mía. 
《Hola, Clara, ¿puedes verme?》

Casi me caigo al suelo pero Alex me cogió.

-¿Quién es ella?- su pregunta me confundió,  estaba segura que era Rachel pero se supone que yo era la única druida aquí y ni siquiera sabía mucho sobre ello...

《Rachel, su mejor amiga, la que murió...》

Paró de hablar, o no. Yo sólo recuerdo que empecé a correr y Alex me llamaba.

¿Alex era un druida?  ¿Rachel pudo regresar del cielo a hablar conmigo?  ¿qué druida era Alex?

Rodeada de todos esos pensanientos, choqué contra un árbol, sentí un gran dolor, toqué en la frente que era donde me golpeé más fuerte y pude ver mi mano ensangrentada. Empecé a caer del todo, tumbada y todo se tornó negro con la última imagen de Alex gritando mi nombre. En su boca vi unos colmillos, como de animal.

Al despertar me encontraba sobre una camilla de hospital, conectada a un gotero. Pude sentir mi cabeza totalmente vendada, incluyendo mi ojo izquierdo. En ese momento que seguía inspeccionando mi entorno entró Alex con mi madre.

-Por fin te has despertado-dijo él con una sonrisa muy tierna.

-Llevas un día entero aquí,  te estás perdiendo el fin de semana- mi madre tenía una cara apenada y miró a Alex.- siento no haberte creído cuando decías que tenías un amigo.

-Ya, si no estuviera aquí vendada y en este estado, seguro ni me dices nada.- mi voz dolida se notaba y eso hería mi orgullo.

-Lo siento hija yo...-iba a seguir pero entró una doctora a mirar cómo iba mi cabeza. Me tanteó la cabeza y me dieron ganas de vomitar del dolor. Cuando paró apuntó algo en una libretita y se fue sin decir nada.

Cuando todos se fueron, me puse a llorar, por mi amiga, por mis dudas, por Alex... deseé la presencia de Rachel de nuevo para poder decir que la había extrañado. 

Como si las tinieblas me escucharan, apareció lentamente como una sombra, una chica de mi edad, igual que la de la biblioteca y supe que era Rachel.
《Tranquila amiga, se que me extrañas,  siempre estuve a tu lado. Los druidas alcanzan sus poderes a los 16 años y adquieren un poder de ver a los espectros,  yo no pude ir a la luz , necesito que me ayudes ya que eres mi amiga, a poder marchar en paz. En la tierra solo soy un espíritu más que busca un druida para que le ayude a escapar de las tinieblas》

Yo seguía sin saber que decir y solo pude articular un gracias con mis labios.

《Acuéstate y descansa,  tienes que reponer fuerzas y vivir la vida que no pude vivir》

Asentí,  me recosté y ella junto a mí . Podía tocarla pero con la sensación de tocar agua espesa de colores. Ella me abrazó y me quedé dormida en su seno.

Cuando desperté, Rachel no estaba ahí, pero sí mi gato. Y mi madre.

-Les dije a los doctores que era tu mejor compañía y seguro que con él te mejorabas. Lo dejan estar media hora.

Los 10 druidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora