9.Verdi

59 7 0
                                    

Cuando terminamos de hablar con Alice,  descubrimos que ella tenía dieciséis años como yo.  Se había sacado sus estudios y también supe cómo conoció a Ryan.

Ella era de Wisconsin, Cansas. A los doce años empezó a usar tecnologías, al año siguiente,  conoció a Ryan por Internet.  Nos dijo que él vivía por Barcelona y que era de una familia rica. Él compró para ella y sus padres unos billetes para ir a visitar Barcelona y ahí se conocieron en persona cuando ella tenía catorce años. Ryan le habló sobre los poderes.  Él sabía que ella tenía poder.

Finalmente Alice se tuvo que quedar en Barcelona por su poder y estar junto a Ryan. Igualmente sigue en contacto con sus padres hasta el día de hoy.

Al poco tiempo se mudaron a un bosque porque vieron que dos poderes así juntos, provocaban alteraciones y sospechas.

Cuando llevaron medio año viviendo juntos, empezaron a ser algo más. Afirmó que Ryan tenía veinte años pero que él la respetaba a pesar de ser mayor.  Ambos trabajan de superiores en empresas de botánica, se ganaron el puesto haciendo lo que saben hacer.

Alex y yo le contamos todo lo sucedido a Alicia, es tan mona poniendo caras raras con las experiencias...

Cuando ya no podíamos más fuimos a dormir, ya que eran las dos y media de la noche, Alice nos dió una habitación de una cama doble deshabitada y ella se quedó con la habitación decorada y con una cama para uno. Antes de dormir, revisé la herida de Alex.  Estaba más normal,  su espalda solo tenía un ligero color violáceo y su herida era roja oscura.

Cuando terminé de ver su herida, él me recordó mi pie. Cuando me transformaba, puede que se hubiera curado por la energía que pasaba por mi cuerpo y el cambio óseo de un animal a otro. Me quité el fuerte vendaje y así fue. Sólo tenía morada la zona y me dolía un poco al moverlo pero pudimos observar que estaba bien.

Alicia llegó a la habitación y nos dió unas mantas para la cama, puso una lámpara en la mesita de noche y también dos libros.

-¿De qué son?- dije yo.

-Sobre druidas, mañana tengo que trabajar por la mañana y os vendrá bien para aprender y entreteneros.- me respondió ella. Yo le agradecí ella asintió y fue a su cuarto. A pesar de lo que habíamos reído ese día,  pude notar que ella era muy seria.

Cuando ya estabamos metidos todos en la cama y por dormir,  escuchamos la puerta sonar. Nos levantamos de la cama y vimos que Alicia iba a la puerta rápido haciendo movimientos en las manos como creando barreras y luego abrió.

En el humbral de la puerta, había una criatura extraña,  yo diría que era una flor viviente. Tenía tres pétalos enormes y gruesos blancos con motas moradas y rosas. De los pétalos hacia delante salían tres pequeñas prolongaciones que se movían y tenían forma de boca. Detrás tenía un capuchón verde tirando a marrón que unía esos pétalos con un cuerpo fino de planta con espinas, dos bracitos similares al cuerpo y varias patas como raíces.  Todo su cuerpo era marrón rosado con algunos tonos verdosos. 

-¡Verdiiii!- gritó Alice abalanzándose sobre la criatura que cambió de aspecto antes de abrazar a Alicia.

Ahora se veía como una planta inofensiva andante, con una boquita los tres pétalos ahora blancos y rosados. Sus brazos eran hojas flexibles que ahora rodeaban a Alice y sus pies, seguían siendo raíces pero ahora tenía un cuerpo verde y raíces de un marrón suave.

Alicia bajó las barreras de protección,  entramos en casa y miramos a esa planta andante. Sorprendente, nos miraba también con una especie de ojos camuflados en sus pétalos.

Ambos mirabamos a lo que se hacía llamar Verdi como a un alien.

-Verdi,  estos son Clara y Alex- dijo ella señalándonos.- Clara,Alex, él es Verdi, mi mascota. Yo lo creé.- miró a la criatura como quien mira a su perro o gato.

Los 10 druidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora