Final | El chico que amo

5.3K 500 219
                                    

Un mes puede parecer mucho o poco según para qué uno necesite ese tiempo. Para finalizar y entregar mi tesis y obtener oficialmente mi título universitario fue más que suficiente. Terminé presentando un trabajo decente y del que me sentía orgulloso. No hubo persona que no me felicitara por ello ese día. Fue uno de los más memorables y más felices de mi vida sin duda. Había logrado cumplir el sueño de toda una vida. 

Por otro lado para pasar tiempo con mi novio, resultaba que un mes era poco. Me hubiese gustado que fuera más largo pero fue todo lo que tuve y valoré de él hasta el último segundo. 

Se podría decir que fue el mejor mes de nuestras vidas. A pesar de lo ocupado que estábamos a veces con nuestras respectivas obligaciones, siempre supimos hacernos tiempo el uno para el otro. Aprovechamos y atesoramos las pequeñas cosas como nunca antes. 

También durante ese tiempo llevé a Tomy a conocer a mis padres a mi pueblo y fue él quien me ayudó a escoger un nuevo departamento no muy lejos del hospital donde pronto trabajaría. Era pequeño, para una persona, pero sin duda lo compartiría con él las veces que pudiera venir a visitarme. 

Tomy estaba feliz por mí, acompañándome en cada paso nuevo que daba. Siempre a mi lado como el excelente compañero que era. El día en que me dieron oficialmente las llaves de mi nuevo hogar fuimos a comer los dos en un restaurante del pueblo y la pasamos muy bien. Aún no tenía cama en el departamento nuevo pero después de comer fuimos a inaugurarlo de todos modos. No nos pudimos aguantar. Sabíamos bien que esa sería una de las últimas veces que haríamos el amor antes de que yo me mudara definitivamente.

Mis amigos también estuvieron presentes esas últimas semanas. Iba a extrañar a esos tontos de Martin y Alan así que me aseguré de crear nuevos recuerdos juntos para llevarme conmigo. Nathan y Liam se habían vuelto muy importantes para mí así que tampoco se quedaron atrás. El hecho de que fueran mis vecinos hizo que fuera fácil compartir alguna que otra noche de semana juntos, cenando, riendo, charlando tonterías. También iba a extrañarlos. Incluso al tonto de Nathan. ¿Quién lo hubiera imaginado, eh? 

La mudanza de todas mis cosas llevó más o menos una semana extra más. Todos me ayudaron y colaboraron de alguna forma. 
Y fue raro cuando esa tarde en que me iba observé mi cuarto totalmente vacío. Después de tantos años finalmente estaba abandonando ese lugar y no pude evitar sentir melancolía. 

— Se ve raro — comentó Tomás a mi lado, observando las paredes.

— Será tu cuarto ahora. Porque ni loco se lo doy a tu hermano — reí. 

Ya era un hecho también que Benjamín se mudaría aquí. Y como yo creí, Tomy estaba entusiasmado con la idea de recuperar la convivencia con su hermano mayor. Seguramente viviendo juntos y solos los acercaría mucho más. Sabía que les iría muy bien. 

En cuanto a mí, yo seguía sin agradarle a mi tonto cuñado ni mucho menos le agradaba que fuera pareja de Tomy pero iba aflojando cada vez un poco más. Tarde o temprano entendería que su hermano y yo éramos el uno para el otro y que la distancia no nos separaría. 

— ¿De verdad vas a dejar tus fotos? — preguntó luego Tomás mirando aquel rincón en la pared que había dejado intacto. Solo para él. Y donde había agregado muchas fotografías más ese último tiempo. 

— Son tuyas ahora. Son mi regalo para ti — sonreí. — Excepto esta. 

Arranqué entonces la foto de Tomy, esa primera que le había tomado, la del balcón. 

— Esta siempre será mi favorita y se va conmigo. 

La puse dentro de un libro y lo guardé en mi mochila. 

El chico que amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora