14 | Unión

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Cuando llegamos era temprano todavía. La gente recién empezaba a llegar al enorme y elegante salón de fiestas. Y aquello era bueno para Tomy para darle un poquito más de tiempo para prepararse. 

El primero que nos vio fue Benjamín. Estaba recibiendo a los invitados en la recepción y apenas nos vio su cara se transformó totalmente. Supongo que no solo por ver a su hermano sino por mi presencia. 

— Tomás...viniste — comentó. Éste se abalanzó sobre él y le dio un fuerte abrazo. El otro, confundido, seguía sin entender nada. 

— Sí, me animé. Ni yo puedo creer que vine. 

— ¿Por qué no me avisaste, eh? Te habría traído. ¿En qué viniste? 

— En un uber, con Nacho — volteó a verme con una sonrisa. 

— ¿Por qué trajiste a este chico a un evento familiar? — Benjamín me miró ofendido. Yo le devolví la misma mirada. 

— Oye, si la tarjeta que me dejaste decía que podía venir con un acompañante. 

— Se suponía que era para una pareja, no un...compañerito de piso — explicó con claro desdén en su tono de voz.

— Pero si yo no tengo novia — aclaró Tomy. — Así que invité a Nacho. Es mi amigo. ¿Por qué no? 

— Exacto ¿por qué no? — repetí yo cruzándome de brazos. 

— Él fue quien me animó a venir — agregó Tomás. 

— Ugh, de acuerdo — terminó por aceptar Benjamín para nada feliz aún por mi presencia en aquel lujoso salón. 

— Espero que te comportes. Hay gente muy importante invitada hoy — se dirigió a mí. 

— ¿Perdón? ¿Crees que no me da la talla para venir a una fiesta de ricachones como esta? — respondí. 

— No nos llames así. 

— ¡Allá está mi otro hermano! — exclamó Tomy de repente evitando que siguiéramos discutiendo. — ¡Ven, te presentaré! 

Tomó mi mano y me arrastró entre varias personas. 

Pablo, su otro hermano, el mayor de los tres, era bastante parecido a Tomás físicamente y aquello me sorprendió en cuanto lo tuve enfrente. Era quizás unos diez años mayor que yo. Colgada de su brazo estaba su esposa, una mujer rubia con un vestido bastante fino.  

— Hermano, él es Ignacio, el chico con el vivo. Y mi mejor amigo — me presentó Tomy luego de darle un atolondrado abrazo al joven y otro un poco más delicado a su cuñada. Hacía bastante que él no los veía. 

— Mucho gusto — Pablo me sonrió y me extendió la mano. Al menos no estaba gruñiéndome como el otro. 

Me presentó a su esposa, también muy amable igual que él, y me ofrecieron algo de beber y un bocadillo también. Me caían bien. Al parecer el único odioso en esa familia era Benjamín. 

— Mamá estará muy feliz de verte — comentó Pablo luego sacudiendo el cabello de su hermanito. — Estoy muy orgulloso de que hayas venido. Benja decía que eras imposible, que no había chance de que te presentaras esta noche. 

— Pues casi que no vengo. Pero desde que conozco a Nacho siempre me dijo que debía darle una oportunidad. Y por fin decidí escucharlo. 

— Muchas gracias. Lograste algo muy difícil — me sonrió Pablo. — Te haremos uno más de la familia por eso. 

— No es nada. Yo solo quiero lo mejor para Tomy — aseguré mirando a éste a los ojos. Luego descubrí que su hermano mayor también estaba mirándome algo raro por lo que acababa de decir. Pero era una mirada rara amigable, no como las de Benjamín que parecía querer estrangularme. 

El chico que amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora