Hace 9 años...
Durante el correr de su primer año en la escuela, la madre de Shiori fue convocada a una entrevista privada con la maestra de su hijo menor. Lo había inscripto en una prestigiosa institución con el dinero que su marido ganaba en viajes de negocios. Así podría presumirles a sus amigas y vecinas, a su hijo varón encaminado hacia un buen futuro. Más que presumir, esa madre en particular, a ojos internos, no era nada más ni nada menos que una desgraciada que utilizaba lo que tenía próximo para beneficio personal.
—Buenos días. —Ingresó al salón de clase vacío y saludó a la maestra.
—Buenos días, señora. Disculpe la molestia en hacerla venir hasta aquí.
—No hay problema. —Sonrió la mujer, falsa como siempre.
—Su hijo me ha sorprendido. Es muy bueno en matemáticas, razona rápidamente y no solo eso, también está comenzando a leer sin ayuda, toma los libros de la biblioteca por cuenta propia.
—Mi hijo es muy inteligente, por eso lo he traído a esta institución.
—Agradezco su confianza. En cuanto a su comportamiento, a pesar de que ha tenido conflictos con otros niños, no creo que sea algo de qué preocuparse, es normal en niños de su edad desafiar a sus pares en lugar de convivir.
—Sepa comprender que en nuestro hogar tiene una hermana y es cuatro años mayor que él, le debe resultar difícil estar con otros niños de su edad, suele ser algo malcriado por ella.
—Comprendo, pero no solo la he llamado para decirle todos los buenos desempeños de su hijo. Ayer les pedí que dibujaran a sus familiares e hizo estos dibujos. Observe por favor. —La maestra ubicó los dibujos sobre la mesa y siguió hablando—: Este dibujo es de una niña, debe ser su hija, ¿me equivoco?
—No se equivoca, ella es mi hija mayor, Shiori.
En el dibujo de su hermana la representó con una gran sonrisa y rodeada de corazones rosados. En cambio el segundo dibujo, se destacaba por los trazos descontrolados de color rojo.
—¿Y este otro dibujo? —preguntó la mujer sospechando quien sería.
—Le pregunté a su hijo sobre este dibujo, me respondió que era usted. Cuando le pregunté qué significaban estas líneas me respondió... "¿No lo ve maestra? Eso es sangre".
—¿Sangre? No es posible, mi hijo y yo tenemos una buena relación, yo... ¡Yo lo amo! ¡¿Cómo no podría amar a mi hijo?! —La madre nerviosa se puso de pie tirando torpemente la silla atrás.
—Tranquila. Siéntese por favor. No estoy cuestionando su relación. Me resulta extraño que un niño dibuje a su madre cubierta de sangre. Me gustaría visitar su hogar, nuestra política institucional nos permite hacerlo en estas situaciones.
—¡Pero mi hijo me ama! ¡No entiendo por qué hizo ese dibujo!
Le era imposible controlar la furia, el niño se atrevió a insultarla con sinceridad, con los sentimientos claros de un infante hacia la persona que lo maltrataba a menudo.
A la tarde, la madre le realizó una serie de preguntas a Shiori sobre las cosas que le gustaban a su hijo, con el objetivo de que cuando la maestra los visitara, aparentara un ambiente familiar de felicidad. Shiori le comentó su encanto por escuchar cuentos infantiles. Fue a la tienda y compró el primer cuento que vio sin molestarse en observar de cuál se trataba.
De regreso al hogar, se dirigió al cuarto del niño, fingiendo interés por lo que hacía con sus juguetes.
—Hijo, ¿con qué juegas?
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Cuentos de supervivencia ©
FantasyDos grupos de personas son secuestradas por dos entidades paranormales y obligadas a enfrentar una serie de juegos mortales, con la constante amenaza de monstruos basados en personajes de cuentos infantiles. Los participantes deberán poner a prueba...