Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí pero hoy tengo aquella necesidad de hacerlo, de despedirme de ti finalmente, de echarte de mis recuerdos, de mi corazón. Se que quizás o seguramente ya no pienses en mí ni en todo lo que fuimos, en todo lo que llegamos a querernos pero no me importa que no me recuerdes ni que no sientas nada cuando mencionan mi nombre.
Hoy necesito reescribir todo lo que alguna vez te quise, porque fuiste importante y me diste una felicidad que me llenaba al completo. Te escribo para darte las gracias por darme y enseñarme lo mejor de ti, por llenarme de risas, besos y caricias todos aquellos días. Por darme calor cuando más lo necesitaba. Por ser mi música preferida cada vez que reías.
Gracias por hacerme daño. Si, te doy las gracias por lastimarme, por aquellas lágrimas que solté por ti porque me hiciste más fuerte, más valiente. Porque me enseñaste a valorarme como mujer, a quererme a mí misma antes que a nadie. Porque gracias a tus errores (y a los míos) pude crecer poco a poco hasta ser quien soy ahora mismo. Te doy las gracias por todo cariño.
Se que no hemos hablado, que todo entre nosotros ha cambiado y que seguramente sigas pensando que soy una idiota que confió ciegamente en ti y en todas las mentiras que llegué a creerme. Se que eres feliz, que has encontrado a alguien a quien querer de nuevo, o a querer de verdad. Se que nunca tendré las respuestas que tanto ansío tener y que tampoco llegaré a preguntarte. Se que el chico al que creí conocer y querer quizás nunca existió y solo fue un espejismo que creé en mi mente como si fuera un salvavidas.
He llegado a odiarte y a quererte tanto a la vez que aún me sigues doliendo un poco muy en el fondo. He olvidado como eran tus labios, tu cara, tus manos que si te volviera a tener enfrente no te reconocería y serías un desconocido que formó parte de mi pasado.
No sé como terminar esto. No sé si llegarás un día a leerlo pero me da igual. Esto es mi despedida. Esto es un adiós para siempre.
Adiós, cuídate y se feliz.
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Querencia
PoetryYa no soy la escritora que dibujaba tus labios en mi cuaderno, ya no eres aquel cuadro que veneraba como si fueras la octava maravilla del mundo. Ya no hay pintura que se atreva a dibujar El beso que me dabas al despertar, al amanecer y al a...