Daba igual si lo hacía bien o mal,
no importaba si tenía los pies en la tierra
o si levitaban sobre las nubes,
no importaba si terminábamos
en el cielo o en el infierno
porque de todas formas,
ninguno de los dos aguantaba ese peso,
esa carga de si seguir o no.No importaba si debía darte tiempo,
tú hacías lo que querías,
siempre se repetía la misma mierda,
entrabas y pasabas sin llamar a la puerta
hasta que te arrepentías y te ibas.Eras tan espontáneo,
tan inesperado,
que en ningún momento
sabía que podría pasar entre nosotros
y no es que no me gustase esa faceta de ti,
si no que no sabías que al solo pensar en ti mismo,
me hacías daño.
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Querencia
PoetryYa no soy la escritora que dibujaba tus labios en mi cuaderno, ya no eres aquel cuadro que veneraba como si fueras la octava maravilla del mundo. Ya no hay pintura que se atreva a dibujar El beso que me dabas al despertar, al amanecer y al a...