IX

8 2 0
                                    

Tú eras el único
que sabía calmar
los huracanes
que llevaba dentro de mí
con el roce de tu piel
contra la mía.

Tú sabías que todos los demonios
y miedos que tenía en mi interior
se esfumaban al ver tu sonrisa
cada mañana.

Tú sabías que tus besos
hacían temblar a mi cuerpo
como un terremoto.

Tú sabías que tus abrazos
se convertían en mi hogar
y en mi escudo protector ante todo.

Tú tenías el poder
de hacerme volar
sin siquiera tener alas.

Tú hacías que el tiempo
pasara más rápido
y a la vez muy lento.

Tú me hacías sentir
lo que no he vuelto
a sentir con nadie más.

QuerenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora