*Capítulo 1*

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-¡Mentira! - acusa Margot mientras ríe - ¡No es posible que hayas hecho eso!

-¿Y por qué no? - pregunta sonriente Hans mientras se acerca a ella lentamente. - ¿Seguro que tú no has hecho nada parecido?

-¡Pues claro que no! ¡Yo no haría una broma así! - niega Margot mientras rodea con sus brazos el ancho cuello de Hans.

-Lo que pasa es que no quieres aceptar que tu novio sea tan malote - bromea mientras la besa dulcemente.

-Uummm...¿Y quién te ha dicho que a mí no me gusten malotes? - pregunta sonriente.

-¿Te gustan los malotes? Vaya...eso es nuevo para mí. ¡Quién diría que la buena de Margot aceptaría tener un novio malote!

Margot empezó a reír mucho y se acostó junto con Hans en el césped. Llevaban un año de noviazgo y todo no podía ser más perfecto. Cada día estaban más juntos y disfrutaban mucho más. Mientras ambos miraban el cielo azul, Margot se tomó el tiempo de rememorar sus comienzos. Ella y Hans se conocieron en la escuela primaria en París, cuando tenía seis años. Se llevaron bien desde el comienzo y poco a poco se volvieron inseparables.

Los padres de Hans eran alemanes, huyeron de Alemania con la esperanza de mejorar económicamente tras el Crack del 29. Afortunadamente su restaurante cuajó enseguida, y se volvió muy popular en el barrio. Fue gracias a ello que Hans pudo ir a la escuela y tener una educación.

A diferencia de los padres de Hans, los de Margot eran franceses, y ricos gracias a un negocio de moda que le reportó a la familia muchos beneficios económicos.

Ambos eran hijos únicos, por lo que no tuvieron más remedio que buscar compañía en otras personas. Gracias a ello rápidamente se convirtieron en grandes amigos, y pasaban las tardes en la casa de uno o del otro. Todos los fines de semana, iban al cine a ver una película. Cuando fueron creciendo, se dieron cuenta de que sentían mutuamente una atracción muy fuerte. Por eso a sus quince años se dieron su primer beso, bajo la luna llena, y fue en aquella noche cuando donde se confesaron el amor que sentían el uno por el otro.

Sus familias no tardaron en aceptar la relación, la familia de Margot estaba encantada con Hans, al igual que la familia de Hans con Margot.

-Margot necesito que me prometas algo - le pidió Hans interrumpiendo varios minutos de cómodo silencio durante los cuales se acariciaban suavemente mientras observaban el atardecer en su colina, debajo de su roble, a las afueras de París.

-¿Qué quieres que prometa? - pregunta confundida mientras se incorpora para mirarle a los ojos.

-Quiero que me prometas que, a pesar de lo que ocurra, siempre estaremos unidos y que si esto acaba, al menos seguiremos siendo amigos. - Hans tenía miedo de lo que pudiera ocurrir a su relación con Margot pues hace una semana su padre le dio la noticia de que se mudarían a Berlín. Hace cuatro años que Hitler había llegado al poder, y poco a poco el fanatismo en Alemania hacia él aumentó, hasta tal punto, que su padre obtuvo un puesto en el Gobierno. Hans tenía miedo a perderla, a no saber nunca más de ella, tenía miedo de olvidar su cara, su voz, su risa, y el aroma de su pelo recién lavado.

-¿A qué viene todo esto Hans? ¿Qué ha pasado? - pregunta preocupada mientras le coge la cara entre sus manos. Él la miró temeroso y la besó.

-Mi padre ha encontrado trabajo en Alemania, no ha podido decir que no, y nos vamos mañana por la noche. - Al ver la cara perpleja de su novia empezó a ponerse nervioso. - Quise decírtelo antes pero no pude, tengo miedo Margot, pero no puedo quedarme, ojalá pudiera.

-¿Cómo que te vas? - pregunta en un susurro - ¿Y el restaurante? ¿Y yo? ¿Y nuestros amigos? ¿Qué va a pasar con todo eso? - sus ojos empezaron a aguarse y su garganta empezó a arder por las ganas que tenía de gritar.

-Mis padres han vendido el restaurante. No te preocupes. Pero no llores por favor, esto me está siendo demasiado duro ya...

-¿Y crees que para mí no es duro? Por favor dime que es una broma... - Margot rompe a llorar y abraza fuertemente a Hans. - Por favor no te vayas, quédate conmigo, quédate en mi casa hasta que tus padres vuelvan.

Hans sonrió, jamás se cansaría de la inocencia de su chica, la echaría de menos, mucho.

-Ojalá pudiera, pero no puedo, ya sabes cómo es mi padre...no acepta un no por respuesta. Pero escúchame, un día, cuando vuelva, nos reencontraremos aquí, quien sabe, tal vez tú ya tienes un prometido o...

-No – interrumpe en un mar de lágrimas - Quiero que mi prometido seas tú, no quiero a nadie más... - y lo vuelve a negar aferrándose más a su cuello.

Hans sonríe al tiempo que se le llenan los ojos de lágrimas. Todo iba a ser más difícil de lo que esperaba. La echará mucho de menos.

-Toma - dice entregándole un reloj cuadrado de mano con una cadenilla de círculos. - Quiero que con este regalo te acuerdes de este momento, y que te des cuenta de que el tiempo pasa, y cuando lo haga, nosotros volveremos a estar aquí, juntos.

-¿Lo prometes? - pregunta triste mientras observa el regalo. - ¿Prometes que nos volveremos a ver?

-Te lo prometo flor, ya verás como en un abrir y cerrar de ojos estaremos aquí otra vez. - Hans le sonrió y le puso el reloj en la muñeca.

-Es precioso Hans, muchas gracias - dice besándolo.

Al día siguiente, antes de que Hans abandonase la ciudad, Margot corrió hacia él bajo, la lluvia, y, con lágrimas en los ojos, le entregó su regalo: un guardapelo de plata, con las iniciales H.M grabadas, y en su interior, una foto de ellos en frente de la Torre Eiffel, besándose.

Hans al ver el regalo sonrió triste.

-Muchas gracias flor. Lo guardaré para siempre, te lo prometo. – juró al tiempo que la besaba.

-Por favor no te vayas... - suplicó.

-Adiós peque...

Y esas dos palabras fueran las últimas palabras que escuchó de su boca. Margot quedó rota de dolor viendo ver como el coche se iba alejando hasta desaparecer a lo lejos tras la cortina de agua que en ese momento caía.  

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Bueno aquí está mi nuevo libro, este se publicará completo sí o sí para que podáis disfrutarlo. La verdad que es una historia que he disfrutado escribiéndola, espero que vosotros lo hagáis leyéndola porque la verdad desde mi punto de vista es una historia muy bonita y llena de significado. También deseo que os sirva de distracción de este año tan complicado y triste por el COVD 19, espero que vuestro familiares y vosotros esteis bien. 

Espero que os guste y hasta pronto <3

Mi última oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora