Bajo el cielo marmolado

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Me acosté sobre el pasto a observar el cielo marmolado y olvidé que había aplastado un sapo.
—¿Estás bien? —pregunté.
—Pasé por cosas peores. Solía ser la esperanza y las expectativas de un joven.
—¿Qué le sucedió?
—La realidad. A veces abruma no saber qué hacer con tu ser.
—¿Dónde está?
—Estuvo tirado en el pasto contando las estrellas hasta repararse en que no había ninguna de ellas.
—¿Cuál es el motivo de todo esto?
—Ninguna moraleja en especial. Soy solo un sapo moribundo y tú una intérprete más.

Cuentos de a ratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora