Sonidos de invierno

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Los últimos suspiros del invierno se percibían en el aire, congelando la mente de los maleantes.

Las calles desiertas de mi barrio presentaban un espectáculo nostálgico, y la niebla del ambiente cubría el ocaso.

Sentada en el suelo podía apreciar la caída de la lluvia desde mi ventana cerrada.

El único sonido que llegaba hacia mí era de las notas musicales de una canción.

Al oir los truenos, mi miedo creció y decidí quitarme mis auriculares para oir mejor.

La luz se cortó y el silencio me invadió; los rastros de la lluvia quedaron atrás.

Aún sentada en el suelo, comencé a temblar; unas pisadas rompieron el silencio de la sala.

¿Quién sería el causante de aquellas pisadas tan putrefactas? Pues el barro en aquellas botas solo incrementaba el sonido.

Cuando observé una sombra en mi ventana, la luz de un auto iluminó su rostro.

El terror recién comenzaba.

Cuentos de a ratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora