Supe que estaba perdida cuando nos juntamos aquella vez. El sol iluminaba la ciudad o era tu mirada, tal vez. Me llevaste a tu casa, donde cantamos mientras preparabas café. Suave, dulce y cálido, tal como eras vos.
El tiempo pasó y el café se enfrió; se volvió putrefacto como nuestro amor.
.
ESTÁS LEYENDO
Cuentos de a ratos
KurzgeschichtenBreves escritos que surgieron a partir de retos literarios; generalmente, propuestos por mí misma. Si esta historia llegó hasta ti, tal vez no sea casualidad. Que disfrutes la lectura.