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- Tae!!- se escuchó a una voz decir con demasiado entusiasmo.

Casi al instante de voltear hacia la persona dueña de aquella voz que lo llamaba, unos brazos lo rodearon con efusividad.

- Te extrañé tanto, parece como si no te hubiese visto durante una semana entera. - dijo con el mismo entusiasmo, separándose levemente para ver el rostro de su amigo.

Rió por lo exagerada que podía ser su amiga en ocasiones, pero estrechó gustoso el cuerpo de la contraria en un dulce abrazo, después de todo él también la había extrañado.

- No exageres. - espetó separandose de la pelirubia con una pequeña sonrisa y continuó. - Aunque la verdad, si me hiciste mucha falta. - finalizó con un leve suspiro, pero sonriendo al recordar la escena de esta mañana.

- ¿Y eso por qué?

Se sobresaltó al escuchar a su espalda la voz grave de su amigo, volteó y lo miró, encontrándose con esa característica expresión seria que tan acostumbrado estaba a ver en su amigo.

- Pir dios Yoongi, que susto me diste. - dijo con una mano en el pecho.

Se miraron entre ellos y comenzaron a reir por la reacción del pelirubio.
Posteriormente Taehyung escuchó como les había ido a sus amigos en el día que se ausentaron a clases y luego contó todo lo que le había sucedido.

Su sexualidad no era un secreto para sus amigos, porque él había decidido que si lo aceptaban, sería tal cual era y para su sorpresa, los contrarios no tenían problema con aquello.

Palabras de consuelo y algún que otro consejo fue lo que recibió Taehyung a cambio.
Se sentía tan cómodo con la compañía de sus amigos, siempre eran comprensibles, cariñosos, justos y sinceros con lo que pensaban y eso lo hacía sentir a gusto.

El primer receso había llegado y los tres amigos caminaban por los pasillos, hablando de cosas triviales, mientras se dirigían al patio, donde siempre.

- Tae, ya se acerca el baile de fin de año ¿Ya sabes que vas a ponerte? - preguntó la pelirubia.

- ¿El baile? Bueno... - rascó su nuca con nerviosismo y continuó. - no pensaba ir, no se que tipo de vestimenta ponerme o esas cosas, ya sabes, nunca he asistido a uno.

- ¿Qué? Oh no, por su puesto que tienes que ir. - espetó la contraria. - ¿Verdad que si Yoonie?

- ¿Yo? Am... Si claro, si quieres te puedo ayudar en eso. - dijo el distraído peliplata.

- ¡Genial! Esa sería una idea genial ¿Cuándo estarás disponible Tae? -

El nombrado estaba a punto de contestar pero la pelirubia prosiguió.

- El baile es en una semanas y media ¿Qué tal si vamos este fin de semana de compras? - dijo entusiasmada.

- Dahyung déjame hablar. - dijo a la vez que un par de risas se producía. - me parece genial, yo tengo algunos ahorros, asique no habrá problema.

- Entonces este fin de semana iremos de compras. - aseguró con emoción. - Yoonie tu también irás.

- ¡¿Qué?! ¿En serio tengo que ir? - hizo un leve berrinche y finalizó con un pequeño mohín.

- Por supuesto que si. - sentenció ahora el pelirubio y pellizcó de manera juguetona las mejillas de su amigo.

Por el resto de lo que quedaba de receso, continuaron con pequeños juegos, bromas y carcajadas.

Un par de ojos a la lejanía, observaba a los tres amigos con nuevos sentimientos encontrados, en especial al par de chicos que jugaban bastante cariñosos entre sí.

El castaño que tenía presa su atención en aquella escena, anteriormente se encintraba buscando a sus amigos y al pasar frente a aquel patio y ver lo que sucedía allí, no pudo evitar ponerse detrás de un letrero y observar "disimuldamente" a aquel par de chicos.

- ¡Ey! - el castaño dió un respingo y el pequeño pelirubio se carcajeó. - ¿Que haces aquí?

- Ah yo... - trató de pensar en alguna escusa mirando hacia los lados.

- Mhm, ya entiendo lo que sucede. - dijo ahora el pelirojo enarcando una ceja y con una pícara sonrisa dibujada en el rostro.

El castaño estaba nervioso pero deconcertado a la vez ¿Que podría estar pensando su amigo?

- ¿Estás observando a tu próxima presa no? ¿Cuál es? ¿La amiga del marica? - indagó con curiosidad.

- ¿Qué? Am... Si, si es eso. - dijo algo aliviado. - pero no creo que vaya por ella, es muy molesta con el tema del gay, tu sabes. - agregó rascandose la nuca.

- Si, tienes razón, no conozco demasiado a ese chico, pero no lo soporto. - dijo ahora el pelirubio, mirando hacia el nombrado con cara de disgusto.

- Si... Yo igual. - carraspeó su garganta y continuó. - creo que iré por Momo, será más fácil y mucho mejor.

El de estatura baja se hechó a reir junto al pelirojo y asintió de acuerdo con el castaño.

Aquellas estruendosas risas provocó que el pelirubio que se encontraba a la distancia, dirigiera su mirada hacia ellos y por un corto momento conectó la mirada con el castaño

El pelirubio sonrió levemente, siendo conciente de las palabras que le había dado el castaño ésta mañana y volteó el rostro posteriormente.

El castaño suspiró a gusto y se retiró con sus dos amigos a su lado.

Las clases transcurrieron normalmente y por fin llegó el momento de retirarse.

Una vez que estuvieron en la casa, fueron directo a la habitación para cambiar su ropa y ponerse algo más cómodo.

No se habían dirigido la palabra, pero no era incómodo como lo solía ser hace unos días.

El castañó se despojó de su camisa sin pudor alguno frente al pelirubio y este inconcientemente se sonrojó a la vez que miraba el marcado torso del contrario.

No despegó la vista del torso del contrario, ni si quiera cuando el castaño había dirigido la mirada hacia él.

Sentía su rostro extremadamente caluroso, de sueguro estaría igual al color de un tomate.

Se armó de valentía y miró directamente a los brillantes ojos del otro.

El castaño no se movía de su lugar, simplemente miraba al pelirubio frente a él con una mirada tan profunda, que el contrario no podía descifrar lo que había en ellos.

Temeroso, se acercó lentamente hacia el castaño, sin despegar los ojos de los opuestos.

Cuando ya estuvo frente a aquel cuerpo, bajó su vista y la dirigió hacia los pectorales desnudos del contrario.
Subió sus manos, hasta apoyarlos en los mismos y volvió a conectar la mirada con el castaño.

Estaba nervioso no lo negaba, pero como habían dicho sus amigos, la vida es solo una, si no se arriesgaba hoy ¿Cuándo lo haría?

Acercó más su rostro al opuesto y tragó con nerviosismo.

El castaño miró sus labios y dirigió sus manos hacia la cintura del pelirubio, pegándolo un poco más a él, si eso era posible, en su rostro no había expresión alguna, pero la ansiedad de continuar era palpable.

Y como el pelirubio no daba el siguiente paso aún, terminó con la espera y besó aquellos belfos que tanto le gustaba besar últimamente.

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Y aquí les dejó este capitulo abierto.

Espero que les haya gustado y como siempre digo, sus opiniones siempre serán bienvenidas.

★ Gracias por leer ★

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