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- Mamá, saldré con mis amigos, si Taehyung despierta, dile que no me espere. - anunció y tomó las llaves de su auto, para recoger a sus amigos.

- Está bien, solo no vuelvas tarde, no olvides que aunque mañana no tengas clase, iremos a la escuela a anotar a Taehyung. No faltes por favor, sabes que es importante para él.

- Si lo se, no faltaré. - se despidió y se fue de allí.

¿Porque se sentía así? A pesar de estar solo, en silencio y de tener la ventanilla baja dejando entrar la brisa suave de la noche, los pensamientos no se alejaban de su mente, ni por un segundo.

No soportando más, frenó en una esquina y acomodando su cabello hacia atrás, se quejó frustrado y golpeó el volante con molestia.

"Te quiero" aquellas dos palabras no dejaban de repetirse una y otra vez.
¿Cuántas veces había escuchado eso de sus amigos? ¿Porqué cuando lo dijo Taehyung se sintió diferente? Quizás estaba pensando demasiado y solo había sido porque fué la primera vez.

Suspiró frustrado y retomó su camino nuevamente.

Después de unos cuantos minutos, se encontraba frente a una casa dando bocinazos constantes, tales que de seguro había despertado a más de un vecino.

Un joven de baja estatura se asomó por la puerta y caminó hacia el auto con el ceño fruncido y un confundido joven pelirojo le seguía detrás.

- ¿Porqué haces tanto ruido desgraciado? - dijo el pequeño pelirubio una vez llegó al lado del auto.

- Ya anciano, deja de parlotear y suban de una vez. Veamos si encontramos algo bueno esta noche. - dijo el castaño a la vez que hacía una sonrisa de lado.

Un par de risas se escucharon y luego de ir a cambiarse de ropa y cerrar su casa, subieron al auto y se dirigieron a un club.

Una vez allí, el fuerte sonido de la música invadió sus oídos, Jungkook solo quería beber, quería distraerse hasta no pensar en nada, por un momento.

Se dirigieron a la barra y se mantuvieron ahí por un largo rato, entre tragos y tragos y algún que otro coqueteo.
La noche fue pasando cada vez más lento y cada vez más divertida para todos, hasta el punto de hacer olvidar hasta sus propios nombres.

Jungkook no recordaba en que momento de la noche, se había ido con una chica y mucho menos que se había quedado dormido luego de follar.
Solo sabía que cuando despertó, estaba en una habitación que no era suya y había una mujer desnuda a su lado.

Suspiró y se sentó en la cama, notando así el fuerte dolor en su cabeza. De verdad que debió haber tomado demasiado.

- Joder. - subió una mano a su cabeza y la frotó suavemente.

Buscó su ropa y cuando dió con ella, se paró y se vistió.

Al colocarse los pantalones, sintió su celular en su bolsillo trasero y lo tomó para ver la hora.
Los ojos casi se le salen de órbita al ver que ya eran casi las nueve de la mañana.

Buscó en los bolsillos de su chaqueta si tenía sus llaves aún y si, ahí estaban.
Se fué de aquella casa lo más rápido posible y buscó su auto con la mirada.

- Mierda ¿Dónde lo dejé? - dijo frustrado y molesto por el sol tan animado de esa mañana.

Miró hacia la izquierda y a media cuadra se encontraba su auto, horriblemente mal estacionado y con unos rasguños en la parte delantera. Ignoró todos esos detalles y se dirigió hacia allí, se subió a su auto y condujo lo más rápido que pudo hacia su casa.

El castaño sabía que Taehyung ya no se encontraría en la escuela, por lo que decidió ir directamente a su casa ya que el pelirubio debía estar solo, porque su madre trabajaba en la mañana.

Pasados los minutos, un ruido de unos frenos, se escucharon fuera de la casa del castaño y el pelirubio lo ignoró, ya que podría imaginarse de quien se trataba.

Cuando escuchó el azote de la puerta y los pasos apresurados por la escalera, el pelirubio giró su cuerpo y se acomodó de lado mirando hacia la pared, para que así el contrario no pudiera verlo de esa forma.

Un agitado Jungkook entró a la habitación y fue ahí cuando la culpa le cayó como un balde de agua fría al mismo, al ver a aquel pelirubio hecho una bolita y mirando hacia la pared, sintió como si el corazón se le hubiese hecho una pelotita.

- Tae... - dijo en un susurro, mientras se acercaba y se sentaba en el borde de la cama mirando hacia el nombrado.

No hubo respuestas. Solo un pequeño temblor de aquel cuerpo que se veía tan pequeño y frágil.

- Tae no llores, lo siento, de verdad lo siento. - sus palabras salían de él, con arrepentimiento, sin darse cuenta de ello, posó una de sus manos en la espalda del contrario. - No llores por favor.

- No me toques. - aquellas palabras con la voz quebrada pero aún queriendo sonar firme, fue un puñal para el castaño.

- Tae... - Susurró, conteniendo las repentinas ganas de llorar que le dió.

Sin embargo hizo caso omiso a las palabras del pelirubio, se acostó a un lado de éste y lo abrazó por la espalda.

- Por favor perdóname, prometo no dejarte solo nunca más. - dijo susurrando.

Afirmó mejor el agarre en la cintura del pelirubio y notó como lentamente el temblor del contrario disminuía.

- No me alejes. - susurró y por último dejó un casto beso en la nuca del contrario.

Taehyung en ese momento se sintió desfallecer, aquella acción había hecho que toda su piel se erizara y creyó que su corazón podría salirse del lugar de tan rápido que palpitaba.

Se dió media vuelta lentamente, aún con rastros de lágrimas en las mejillas y los ojos aguados y miró al castaño a los ojos.

Los minutos parecieron eternos, pero en un momento el tiempo pareció congelarse, cuando el castaño cortó la distancia que los separaba y besó los labios del rubio, con una delicadeza que jamás había tenido con nadie.

Se separó lentamente del rubio y le acarició la mejilla.

- Duerme un poco, aún es temprano... Te quiero. - dijo susurrando aquello último y cerrando sus ojos.

- También te quiero kookie. - dijo con las mejillas sonrojadas, para después cerrar los ojos.

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•° Y dejo otro más por haber estado tan ausente, espero que les guste. °•

★Gracias por leer★

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