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Y como era costumbre, aquel molesto sonido que ahora provenía de su celular, se encontraba chillando una y otra vez.

El castaño, decidido a apagar la alarma, para posteriormente levantarse e irse a la escuela, intentó moverse, pero al momento de querer salir de la cama algo se lo impidió o más bien, alguien.
Dirigió la mirada hacia su pecho, donde se encontraba aquel peso y fué ahí cuando vió la cabellera algo desordenada del pelirubio, parecía estar durmiendo plácidamente después de la noche anterior, sus ojos estaban hinchados y caminos de lágrimas secas aún se encontraban en sus mejillas.

Pocos minutos después, el castaño se movió lentamente para no despertar al contrario, dejando una almohada bajo su cabeza en el proceso y por último se retiró de la cama después de una última mirada a aquel chico.

Después de terminar de prepararse, se salteó el desayuno y se dirigió hacia la escuela en su auto, para no llegar tarde.

El castaño no esperaba nada, solo quería que las horas de estudio pasaran rápido y así poder ir a su casa para poder descansar algunas horas más, pero cuando escuchó su nombre viniendo de una voz muy conocida, supo que las cosas no iban a ser como imaginaba y que sus horas en la escuela serían eternas.

- ¡Jungkook! - se escuchó un grito, no muy lejos de donde se encontraba el nombrado.

El mismo solo dió media vuelta y allí lo vió, su mejor amigo parecía salido de una película de terror, tomó aire y poco a poco se fue acercando al contrario.

- Hey - dijo una vez que estuvo frente a su amigo.

- ¿Hey? ¿Qué mierda pasa contigo? Hace dos días nos dejaste esperando por ti, ayer no saliste con nosotros, ni respondiste mis mensajes y llamadas y lo único que dices es "Hey" - dijo con enojo en su voz y el ceño fruncido.

Un suspiro abandonó los labios del castaño a la vez que giraba sus ojos, para posteriormente dirigirlos nuevamente hacia su amigo.

- Oye, calmate Jimin, ya te lo había explicado ¿No? Aquel día simplemente me surgió un ligue y olvidé avisarles y ayer... - una pequeña pausa se hizo presente al recordar una breve escena de la noche anterior. - bueno, ayer mi madre me pidió que la ayudara con una chica de la clínica y sabes que no me gusta ser malo o despreciable con mi madre.

El de menor estatura resopló aún algo molesto, pero convencido con las justificaciones de su amigo.

- Mhm, está bien. - dijo a la vez que se volteaba y caminaba en dirección a su primera clase. - Hay muchas cosas que debes saber, no tienes idea de las cosas que te perdiste el fin de semana amigo. - dijo con una sonrisa ladina y luego rió 

Siguieron su camino y el castaño iba agradeciendo mentalmente, que su amigo fuera así de ingenuo y le creyera todo sin cuestionar nada.

Las clases transcurrieron como siempre y de alguna forma Jungkook se sentía muy ansioso por volver a su casa. Se despidió de sus amigos luego de haber coqueteado con algunas chicas y se fué hacia su casa.

Al entrar a la misma, sintió un aroma bastante delicioso que le extrañó por completo, ya que su madre no llegaría hasta más tarde.

Fué hacia la cocina y allí encontró a un pelirubio con un delantal puesto que estaba bastante sucio, de punta de pies tratando de alcanzar un paquete de sal, ya que el salero estaba vacío.
El castaño río en silencio y se acercó lentamente hacia aquel chico, para así alcanzarle lo que necesitaba, pero el rubio al ver una mano estirada un poco más arriba que la suya, jadeó y por instinto cubrió su cabeza con sus brazos.

- ¡Por favor, no me golpees! - dijo asustado con un tono de voz un poco elevado.

El castaño quedó congelado al ver su reacción, no esperaba que reaccionara así, su intención no era asustarlo, ni nada parecido. Tomó el paquete, lo dejó sobre la mesada y miró al pelirubio aún asustado, con preocupación.

- Taehyung soy yo. - dijo a la vez que tomaba las muñecas del pelirubio y las bajaba sin apuro. - tranquilo, no te voy a hacer nada.

Un bajo sollozo se escuchó y posteriormente el pelirubio se acercó de manera rápida al castaño, sin dirigirle la mirada, reposó su cabeza en el pecho del mismo y tomó por las lados la camiseta del contrario con sus manos temblorosas.

- Lo siento. - dijo en un susurro el pelirubio.

Después de unos parpadeos, el castaño decidió rodear el cuerpo del contrario y brindarle pequeñas caricias en la espalda.

- Esta bien, ya pasó ¿Si? - se alejó del pelirubio tomándolo por los hombros y continuó. - mientras estés conmigo, nadie volverá a hacerte daño ¿Ok?

El contrario se limpió las lágrimas con sus manos y asintió.

- Y... ¿Estabas cocinando? - dijo una vez que Taehyung se había calmado, para que el momento no fuera incómodo.

- Oh si, yo... Perdón por meterme sin pedirte permiso antes, yo solo quería agradecerles de alguna manera por todo lo que han hecho por mi hasta ahora y se me ocurrió hacer el almuerzo. Lo siento. - dijo apenado, mirando hacia el piso.

- Esta bien no tienes que disculparte, pero ya probemos eso a ver si está tan delicioso como huele, muero de hambre. - dijo a la vez que le removía los cabellos al pelirubio y sonreía levemente.

Y no fue un día para nada incómodo, se sentía a gusto con la compañía de Taehyung y de alguna forma, mejoró su día y su semana completamente.

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Gracias una vez más por leer y apoyarme, espero les haya gustado.

Mañana hay otra actualización.

UNA PETICIÓN - [[TAEKOOK - KOOKTAE]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora