Love's Sorrow (Frerard)

Unión de corazones

—Profesor Way...¿por qué quieres participar? —preguntó la joven confundida, al igual que el resto de personas que había en la sala, Janne y la pequeña Charlotte.

—Tengo un amigo un tanto perverso —explicó él, soltando una suave risa, la cual sonó natural-. Le gusta hacer sufrir a las personas, por eso quiero darle un golpe de mi parte.

Mar y la maestra Miller reaccionaron con asombro a las palabras del pelinegro, realmente no sabían a lo que se refería, pero Janne se alegraba de que volviera a tocar el piano. Hablo más que decidido, dando a entender sus intenciones. La joven asintió, intentando entender las palabras de Gerard.

Desde ese momento tuvo el presentimiento de que algo cambiaría, y sí que lo hizo. El esfuerzo que ambos hicieron no sería en vano, al fin estaban frente al escenario, con una lluvia de aplausos que mucha gente daba, esperando emocionada al turno de la pianista.

Pudieron visualizar el gran piano negro de cola y dos asientos enfrente de éste. Las luces apuntaban directamente al gran instrumento, haciendo que la atención vaya hacia ellos, cuando estuvieran tocando. Mar se había quedado paralizada en su lugar, sentía nervios pero ese no fue el motivo por el cual paró en ese entonces. Le asombraba ver un panorama así, y a pesar de no ser un concurso, le emocionaba.

“Vamos”, escuchó decir a una voz masculina a su lado, haciendo que ella saliera de trance y recordándole el hecho de que no estaba sola. Ella asintió, viendo a su acompañante, quien llevaba una ligera sonrisa en sus labios y una mirada decidida, fijando su vista en el instrumento de cuerda.

Ambos caminaron a la vez, a paso rápido y decidido, sus pisadas llegaron a resonar hasta hacerse visibles en el escenario. El bello vestido amarillo llegaba a lucirse en la apenas bronceada piel de la joven, quien intentaba mantener una sonrisa entre sus delgados labrios rosas, inmediatamente, la gente comenzó a reconocerla.

Pero esta misma se deslumbró al ver a la persona que caminaba a su lado, un joven que no aparentaba tener más de quince o dieciséis años de edad, con el cabello negro, algo largo. Tenía ojos verdes que se asemejaban a dos brillantes esmeraldas y vestía de color negro y blanco, aquellos colores hacían resaltar su blanquecina piel.

Marnie y Scarlett, mejores amigas de nuestra joven pianista, por poco gritan de alegría y emoción al verla aparecer. Ella volteó hacia la audiencia al escuchar que pronunciaban su nombre con un tono alegre y les regaló una sonrisa,dirigió su vista hacia Raymond por una fracción de segundo, solamente para comprobar que su seria mirada seguía siendo la misma.

No quiso ver a nadie más, al menos no por el momento o la presión se intensificará. De igual modo, sabía que había mucha más gente apoyándola y animando, y estaba contenta por eso. La pequeña Charlotte subió al regazo de su madre, quien la cargó sin problema alguno mientras le daba una mirada seria y nerviosa a las dos personas que aparecían enfrente suyo.

Muchos pudieron apreciar la hermosura de la joven, que parecía salida la primavera, como si floreciera pese a estar en pleno otoño. Lindsay notó esto y comenzó a sentirse incómoda, pero hizo lo posible por controlarse, no sentía tener el derecho de comportarse así. Ahora se centraba en los nervios que tenía y en el bombeo rápido de su corazón, Gerard volvería a tocar y esperaba a que lo hiciera increíble, justo como la última vez.

Jamia tenía una expresión seria en el rostro, con una mano dentro de su bolso, esperando la señal de Gerard para comenzar a marcar. Raymond fue quien más logró sorprenderse ante la presencia de Way, sobre todo porque tocaría al lado de su hermana menor, ¡qué insolente! Pensó él, al verlo con una sonrisa.

Pero él no fue el único que logró reconocer a Gerard; muchas personas comenzaron a señalarlo y los murmullos no tardaron en llegar. Pese a su reciente participación en el concurso de Música de Los Ángeles, todavía había gente que pensaba que estaba retirado como pianista, pero al parecer, no era así.