CAPITULO OCHO

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VIII.

Me resulta algo difícil entrar al ritmo de la semana en el instituto, a pesar de estar a mitad de esta. Y mas aun después de una largo fin de semana lleno de situaciones inexplicables. Al entrar a la cafetería mis pensamientos de tratar de integrarme, que se presentaron a la  mañana, se iban alejando cada vez más. En el instituto hay tres horarios para almorzar,  pero aun así se encontraban todas las mesas llenas. Hoy mis elecciones no estaban del todo acertadas.

Me sentí agradecida cuando vi a Anna en una de las mesas del centro parloteando sin parar, porque sin ella aquí me hubiera visto obligada a sentarme en un rincón del baño. Me acerque a ella y a las chicas que la miraban admiradas.

- Hola Anna – interrumpí su historia.

- Jenni, ¡que bueno verte!- se levantó de sopetón tirando la caja de jugo en su comida – Ven siéntate justo aquí, que nos tenemos que poner al día.

- Creo que arruinaste tu almuerzo

- Ni te preocupes por mi, necesito dejar de comer tanto – sonrió de lado mientras apartaba su bandeja.

Creo que de todas las preguntas que me había hecho en un minuto apenas pude responder tres. Cada vez que iba a responder se acordaba de alguna historia loca que la implicaban como protagonista, obviamente llena de cambios y modificaciones que la hacían ver como una suprema reina. No tenia ganas de hablar ni mucho menos borrar el brillo con el que la miraban las demás chicas, que quedaba en claro que no la conocían. Devoraba mis papas mientras atendía a cada ocurrencia de Anna.

Años atrás llegamos a ser muy buenas amigas, de esas inseparables pero todo cambio cuando su personalidad salió a flote. Siempre buscaba la manera de que todos le prestaran atención y si necesitaba burlase de alguien para conseguirla lo hacia. Incontables veces se burlo de mi para lograr ser el centro del universo, desde contar mis peores secretos, delatarme con mi madre hasta hacerme caer en medio de un partido de voleibol. Aunque todas esas cosas no eran necesarias. Debido a que con solo estar a mí lado la atención de todos, incluyendo a la de  las chicas, estaba en ella. Su largo cabello hasta la cintura, lacio, rubio ceniza y su altura  de basquetbolista dejaban boquiabierta a cualquiera.

Pero, por suerte solo tengo dos días de jornada larga, miércoles y viernes. Por lo tanto no es necesario  volver a renovar su amistad más que para almorzar.

Con tantas historias de Anna el tiempo pasó volando y ya era hora de estar a clases de nuevo. Después de la clase de economía tenia un espacio libre.  Entonces fui directo al patio interno para poder leer el caso que Süller me había asignado. Mientras estaba tomando apuntes en mi cuaderno mi vista se desvió a una figura que me miraba atento desde adentro del instituto. Apenas podía ver de quien se trataba por el reflejo del sol en el vidrio.  El ventanal enorme quedaba justo frente lo que es ahora la nueva oficina del director, por lo tanto debía de tratarse del engreído de Styles. Minutos después cuando seguía tomando apuntes su jeans oscuros apareciendo en mi campo visual.

- Debo preguntar que es lo que necesitas– me apresure a decir.

- Podría darte diferentes respuestas pero ninguna acertada. Porque no he venido a verte a ti – levanté la vista al darme cuanta que no se trataba de él.  Se quito los lentes oscuros y lo engancho en uno de los bolsillos del ajustado jeans.

- Entonces, puedes seguir tu camino – me atreví a decir arrepintiéndome al instante.
Baje la vista a los apuntes ignorándolo por completo, pero el tomó con fuerza mi mentón obligándome a verlo directamente a los ojos.

- Mira muñeca, que te halla salvado el pellejo de Jeff no significa que me puedas ignorar ni muchos menos contestar de esa manera, deberías saber que  él no es tan mierda como puedo serlo yo – no aparto su ojos de mi mirada ni siquiera cuando temblé ante su amenaza – Debí haberte hecho gritar de dolor en mi cama, pero no dudes que perderé otra oportunidad de nuevo –

Sus palabras eran ásperas como una lija y las decía sin piedad. Su imagen preguntándome si volvería era totalmente de otro color a comparación con esta. Eran dos personas distintas, dos personas opuestas. Me soltó cuando el timbre sonó a nuestras espaldas, pero no dudo en apretar con más fuerza antes de hacerlo. Me alegraba saber que se iba de una vez por todas, pero no dudaba en que lo volvería a ver. No quería estar cerca de él.
En el resto de la jornada no hacia mas que pensar en los cambios bruscos de su personalidad, en como podía ser alguien acogedor, amable,  sonreír y luego pasar a ser alguien cruel e indescifrable.

Al salir del instituto me asombré al encontrar la figura esbelta de Alison apoyado sobre un árbol. Esta apenas me vio me abrazo con fuerza.

- Yo... Hola- acabo por decir después de una lucha consigo misma.

- Hola, no esperaba verte aquí ¿Sucede algo? –

- Espero que no te moleste que venga pero…- miro a su alrededor y continuó – necesito la ropa que te preste – parecía que soltaba todo con dificultad.

- Si claro, si quieres podemos pasar a buscarla por mi casa. De paso me cuentas que es lo que te trae preocupada – si bien, apenas la conocía su mirada pedía a gritos auxilio.

-¡No!- casi grito – quiero decir no, me tengo que ir a hacer otras cosas ahora. Pero puedes llevarlas el sábado al Royale, estaré ahí –

- Lo siento Alison, no entiendo que sucede, pero no pisaré ese lugar de nuevo – un auto que parecía que esperaba por ella tocó bocina.

- Vamos, realmente me tengo que ir ahora. Pero no me falles, el sábado te espero en la misma habitación – miró hacia el auto y se acerco a mi mejilla para saludarme pero en vez de eso susurro en mi oído – Aléjate del sobrino de Jeff.

Luego de repetir lo mismo que me había dicho aquel día, me abrazo y se subió al auto que salió como trueno del lugar.

Baje del autobús de forma automática porque en mi mente solo existía la amenaza de Harry y la extraña aparición de Alison en el Instituto. Podría decir que camine de forma mecánica las dos cuadras que quedaban para llegar a mi casa.

Abrí la nevera con la intensión de comenzar a preparar la cena pero en esta solo se encontraba un huevo y un trozo de  queso al borde de la descomposición. Tan solo restaban nueve días para juntar el dinero necesario asi que me iba tener que conformar  solo con el almuerzo del instituto en mi estómago.  

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Buena, se terminaron mis vacaciones así que ya no hay escusas para no pasar noches enteras escribiendo. Déjeme pedirles perdón y no quiero prometer nada pero voy a intentar volver esto mas dinámico. Mas capítulos y empezar a subir mi otra novela Balance. Por otro lado sus comentarios o Like me ayudan a subir un poco mi animo. Espero estar pronto con ustedes! ... A partir de este capitulo todo se vuelve mas interesante. 

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2015 ⏰

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Por Equivocación (Mistake) H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora