𝐅𝐄𝐀𝐑𝐋𝐄𝐒𝐒 | " 𝐓𝐖𝐈𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓 "

𝟐𝟐 - 𝑾𝑰𝑻𝑪𝑯

—No podemos tenerlo, ángel, es muy arriesgado —Edward estaba desesperado, aunque las cosas se vieran bien tenía miedo de que en algún momento todo se les fuera de las mano, se negaba a perder a su amada por un bebé—. Me niego, tenemos que sacarte esa cosa.

—Eddie, mírame —no quería hacerlo, sabía que si la miraba llegaría a convencerlo y él no quería eso. De todas formas no tuvo mucha opción, Saoirse lo tomó del rostro y lo obligó a verla—. Sé que estás asustado, yo también lo estoy. Pero no estoy dispuesta a renunciar a este bebé.

» Sí, será un embarazo complicado porque ninguno es humano y no sabemos qué nos espera en un futuro, pero la desición está tomada y en este momento lo que más necesito es tu apoyo. Te necesito a nuestro lado.

Los ojos de Saoirse estaban llorosos, sus hormonas estaban alborotadas y se encontraba más sensible que de costumbre. Aquello fue como una bofetada para Edward, su esposa era muchísimo más fuerte que él en todos los sentidos, ahí estaba mostrándose valiente ante la situación mientras él se portaba como un mal esposo.

—Lo siento, mi amor —su voz estaba cargada de arrepentimiento, llevaban horas discutiendo sobre el tema y aún sabiendo lo terca que es Saoirse, no dejó de expresar su disgusto sin saber que eso sólo la afectaba emocionalmente—. Sé que eres fuerte y que puedes soportar esto, pero no quiero perderte. Eres absolutamente todo para mí y tengo miedo de lo que pueda pasar, pero si es lo que quieres entonces te apoyaré. Te amo más que a la existencia misma, Saoirse, y eso nunca va a cambiar.

En este punto ya se encontraban abrazados y más unido que nunca, el amor que se tenían era más que evidente. Circe, que se encontraba afuera escuchando todo, escondió su rostro en el cuello de Jacob para así poder llorar en paz.

—Mira, perro apestoso, si no me tratas así cuando estemos casados vete olvidando de mí —aquello hizo que el Quileute riera levemente, definitivamente amaba a su chica con locura.

—Eres mi razón de vivir, princesa, prefiero matarme antes de tratarte mal —de un momento para otro la situación se había vuelto demasiado íntima, la pareja se estaba viendo directamente a los ojos sin poder ocultar el amor que se tenían—. Eres mi mayor alegría y logro, no sé qué haría sin ti.

La pelirroja sonrió encantada por sus palabras, cuando estuvieron a punto de besarse la puerta de entrada los detuvo. Los Cullen aprovecharon el momento para salir a cazar así que sólo eran ellos cuatro.

Al instante Edward y Saoirse salieron de la habitación con una mueca llena de confusión, no esperaban a nadie. Sin perder más tiempo, ambas parejas bajaron entre gruñidos por parte de Edward y Jacob.

« Hombres tenían que ser. »

« Es lo que nos tocó, hermana. »

« Pura desgracia. »

No pudieron seguir con su charla mental porque ya habían llegado a la puerta de entrada, la cuál Circe decidió abrir.

Frente a ella estaba una hermosa mujer de cabello largo y castaño, tenía un porte elegante pero relajado. A Saoirse le parecía conocida pero no podía recordar dónde la había visto.